El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha reconocido que «al final» su país tendrá que negociar con el presidente sirio, Bashar al Assad para impulsar un proceso político que sirva para poner fin a la guerra en Siria. Kerry ha realizado estas declaraciones en una entrevista concedida a la cadena CBS.
«Al final tenemos que negociar. Siempre hemos estado dispuestos a negociar en el contexto del proceso de Ginebra I», ha apuntado, en referencia a un acuerdo alcanzado en 2012 en el que apuntaba a una transición negociada como vía para poner fin al conflicto.
Hasta ahora Washington rechazaba cualquier posibilidad de negociación con Al Assad. La postura oficial era que el presidente sirio había perdido toda su legitimidad y que la única salida posible era su abandono del poder. Sin embargo, la emergencia de un enemigo común potente como el Estado Islámico parece haber suavizado la posición norteamericana.
Kerry ha revelado que varias potencias están explorando posibilidades para volver a impulsar un proceso político en Siria, pero ha advertido de que habrá que buscar nuevas fórmulas para presionar al régimen de Al Assad para que acceda a sumarse a estas negociaciones. «Lo que estamos intentando es presionar para que (Al Assad) venga y lo haga (negociar), para lo que podría ser necesario incrementar la presión sobre él de diferentes formas para conseguirlo», ha explicado. «Hemos dejado muy claro a la gente que estamos buscando subir el nivel para que exista esa presión», ha añadido.
«Para que el régimen de Al Assad negocie vamos a tener que dejarle claro que todos tenemos la determinación de obtener un resultado político y de cambiar sus cálculos sobre la negociación», ha añadido Kerry. «Está en marcha ahora mismo. Estoy convencido de que, con la ayuda de nuestros aliados y de otros, habrá más presión sobre Al Assad«, ha explicado.
El año pasado Estados Unidos apoyó los contactos auspiciados por la ONU en Ginebra entre representantes de la oposición prooccidental y el Gobierno de Al Assad, pero finalmente fracasaron tras dos rondas de contactos y no se acordó la reanudación de las negociaciones en fecha alguna. En enero Rusia impulsó nuevos encuentros entre el Gobierno y la oposición, pero no se lograron acuerdos importantes. Además, la principal coalición de la oposición se negó a participar.