El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido a su homólogo egipcio, Abdelfatá al Sisi, que retirará las restricciones impuestas tras el golpe militar de julio 2013 para la entrega de equipos militares y propondrá una ayuda de 1.300 millones de dólares (1.210 millones de euros) anuales.
El mandatario norteamericano ha confirmado en una llamada telefónica la revisión de las medidas impuestas tras el golpe que lideró el propio Al Sisi y que sirvió para derrocar al entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi. En noviembre de ese mismo año, el secretario de Estado Kerry ya viajó a El Cairo y se reunió con el presidente egipcio.
Obama ha informado a su homólogo de que levantará una orden de octubre de 2013 que mantiene bloqueado el envío de una docena de cazas F-16, 20 misiles Harpoon y hasta 125 carros blindados M1A1 y pedirá al Congreso que autorice un ayuda militar anual de 1.300 millones de dólares, según un comunicado de la Casa Blanca.
El presidente norteamericano, no obstante, ha apuntado que a partir del año fiscal correspondiente a 2018 Estados Unidos revisará su ayuda para Egipto en materia de seguridad para dividirla en cuatro categorías: lucha contra el terrorismo, seguridad fronteriza, península del Sinaí y seguridad marítima. También trabajará en el mantenimiento del arsenal armamentístico que ya tiene el país norteafricano.
El objetivo, según la Casa Blanca, es «refinar» la relación en materia de asistencia militar para que ésta pueda responder de una forma mejor a los «desafíos», tanto en «interés» de Egipto como de Estados Unidos y en aras de una «alianza estratégica» que viene de lejos. En su nota, la Presidencia norteamericana ha recordado que Egipto se encuentra en una «región inestable».
Con estas promesas, Washington parece normalizar sus relaciones con El Cairo, al que históricamente ha considerado un aliado pero al que desde el final del régimen de Hosni Mubarak ha tratado con mayor cautela. Las relaciones se resintieron tras el golpe de 2013, pero han tendido a la normalización desde la victoria electoral de Al Sisi el año pasado.
Obama, sin embargo, ha aprovechado la conversación para criticar «la detención continuada de activistas no violentos» y los «juicios en masa» emprendidos por las actuales autoridades, ampliamente criticadas por el trato que dan a la oposición islamista.
El mandatario norteamericano también ha pedido «respeto para las libertades de expresión y reunión» y ha deslizado que los derechos de la ciudadanía siguen siendo una «prioridad» para Estados Unidos. Los dos mandatarios han acordado «seguir en contacto».