El representante permanente de Arabia Saudí ante Naciones Unidas, Abdulá al Moalami, ha solicitado tiempo para estudiar la petición de alto el fuego en Yemen que ha presentado Rusia ante el Consejo de Seguridad y decidir cómo influye en la operación internacional que lidera Riad contra los rebeldes huthi.
La tregua facilitaría también la evacuación de los civiles y diplomáticos extranjeros que aún se encuentran en Yemen, además de la distribución de ayuda humanitaria, y prevé un embargo total de armamento.
La sesión de urgencia del Consejo de Seguridad fue convocada a petición de Moscú tras la escalada de los enfrentamientos en Yemen entre las milicias huthis sublevadas y las fuerzas leales al presidente Abd Rabbu Mansur Hadi. La sesión es a puerta cerrada y fuentes jordanas han pronosticado que puede que hasta el lunes no haya resultados.
Esta resolución incluye un embargo de armas sobre los grupos contrarios a la paz y al proceso político yemení. Fuentes diplomáticas han informado de que la propuesta rusa incluye un embargo de armas absoluto, que incluiría a las fuerzas gubernamentales.
Preocupación en Riad
El representante permanente de Arabia Saudí ante la ONU se hace eco así de la preocupación en Arabia Saudí sobre el papel de Rusia en el conflicto, al ser Moscú aliada de Irán, de quién se sospecha que está prestando apoyo a los rebeldes chiíes yemeníes.
En este sentido, la propuesta de Rusia no hace demandas a los huthi para que abandonen las hostilidades o permitan el regreso al poder del actual presidente, Abd Rabbu Mansur Hadi, actualmente exiliado precisamente en Riad.
«Siempre hemos proporcionado las facilidades necesarias para que llegue la asistencia humanitaria y hemos cooperado en todo momento con todas las peticiones para la evacuación de civiles», ha hecho saber en declaraciones recogidas por Gulf News.
Por contra, Cruz Roja Internacional denunció este sábado que no tiene constancia de estos permisos. De hecho, más de 40 toneladas de ayuda y un equipo médico permanecen a la espera de entrar en Yemen, pendientes de recibir el beneplácito de los saudíes.
Al menos 519 personas, incluidos 90 menores, han muerto y otras 1.700 han resultado heridas en las dos últimas semanas, según un balace publicado por la la subsecretaria General de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos.