El primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente chino, Xi Jinping, han mantenido este miércoles una reunión en la que han coincidido en la necesidad de seguir estrechando lazos, con miras a que sus respectivos países puedan avanzar hacia una «sólida» relación bilateral.
Ambos líderes se han visto durante media hora en los márgenes de la cumbre Asia-África que se celebra en Indonesia. Se trata de un nuevo capítulo del aparente acercamiento entre las dos potencias, que aún siguen cruzándose reproches de forma periódica por rencores históricos y disputas territoriales.
Abe ha explicado, en declaraciones a los medios, que ha acordado con Xi seguir trabajando para generar unas «alianzas estratégicas mutuamente beneficiosas», tanto por el bien de ambos países como por la estabilidad regional.
«Queremos convertir en sólida la tendencia de mejora de las relaciones bilaterales», ha apuntado el primer ministro nipón, que ha reconocido un acercamiento desde la llegada al poder de Xi Jinping el año pasado.
Xi, por su parte, ha emplazado a Abe a «tomarse en serio» las «preocupaciones» de sus vecinos y a encarar, con un «mensaje positivo» y de forma «honesta», el pasado de su país. No en vano, la visión japonesa sobre el pasado bélico es especialmente relevante para Pekín este año, septuagésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
El discurso de Abe en la cumbre ha incluido veladas alusiones a la política regional. El primer ministro de Japón ha pedido a los países poderosos que no se impongan a los «débiles» y se ha referido al «remordimiento» nacional por el pasado bélico sin ofrecer una nueva disculpa.
El Ministerio de Exteriores chino se ha quedado este miércoles por una visita de diputados del partido gobernante de Japón al santuario de Yasukuni. «En un año sensible, los políticos japoneses deberían mantener una correcta visión histórica y trabajar para promover la reconciliación y la confianza mutua», ha reclamado la portavoz, Hong Lei.