El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, ha admitido que el número de fallecidos por el terremoto del pasado sábado podría superar los 10.000 y ha asegurado que su Gobierno está «en pie de guerra» para rescatar y ayudar a los damnificados. El jefe del Gobierno nepalí ha apuntado, en una entrevista con la agencia Reuters, que su país necesita tiendas para las víctimas. «La gente está durmiendo a la intemperie bajo la lluvia», ha lamentado, al recordar que numerosas casas se han venido abajo o podrían no resistir una nueva réplica.
Asimismo, Koirala, que tiene previsto pronunciar un discurso a la nación este martes, ha advertido de que las labores de tratamiento y rehabilitación de los «más de 7.000 heridos» supondrán un «gran desafío» nacional y ha solicitado medicinas a la comunidad internacional.
Las autoridades nepalíes han elevado este martes a 4.555 la cifra oficial de fallecidos y 8.299 heridos por el seísmo de 7,9 que sacudió el sábado Nepal y varios países de la región. Los cálculos de víctimas dados por el primer ministro sitúan a esta tragedia camino de superar el terremoto de 1934, cuando perdieron la vida 8.500 personas.
Hasta las 15:00 horas de este martes se han contabilizado en concreto 1.250 muertos en Sindhupalchowk; 1.031 en Katmandú; 560 en Nuwakot; 346 en Dhading; 256 en Gorja, según informa el 'Kathmandu Post'. Entretanto, las labores de búsqueda y rescate continúan con el tiempo jugando en contra, ya que a medida que pasan las horas las posibilidades de encontrar supervivientes con vida disminuyen, si bien en tragedias similares ha habido casos milagrosos de personas halladas con vida más de una semana después.
A la ya de por sí complicada situación, que tiene superado al Gobierno de Nepal, se ha sumado en las últimas horas la intensa lluvia, lo que complica aún más la delicada búsqueda de supervivientes bajo los escombros a que han quedado reducidos los edificios en Katmandú y en otras zonas. El Gobierno nepalí ha movilizado a la práctica mayoría de sus fuerzas de seguridad en la tarea y también está contando con un importante respaldo de sus vecinos de India y China, que han enviado varios equipos de rescate a distintos puntos así como ayuda humanitaria. «No estáis solos en esta tragedia. Haremos todo lo posible tanto en materia de rescate como de asistencia y ciertamente estaremos ahí cuando reconstruyáis vuestras vidas», ha asegurado este martes el primer ministro indio, Narendra Modi.
Miles de nepalíes han pasado su tercera noche a la intemperie tras perder sus casas o por temor que se puedan venir abajo ante las continuas réplicas de distinta intensidad. Muchos están tratando de abandonar Katmandú, pero tanto el aeropuerto como las carreteras están colapsados. Según informa el portal 'eKantipur', el transporte público en el Valle de Katmandú, la zona más devastada por el seísmo, ha estado interrumpido desde el sábado, lo que obliga a los ciudadanos a caminar grandes distancias ante la falta de vehículos para moverse y ha esperar largas colas.
«La mayoría de nuestros conductores son de los distritos montañosos de Rasuwa, Dhading y Nuwakot que han sufrido graves daños», ha explicado el presidente del sindicato de transportes Bagmati, Bharat Nepal. «Han regresado a su hogares para ayudar en el rescate y la rehabilitación», ha añadido. Por otra parte, los precios de los vehículos que van hacia el este de Nepal y la región de Terai han subido de forma desorbitada. En el caso de los coches particulares los precios son todavía mayores.