La reforma de la legislación electoral italiana ha sido aprobada finalmente este martes por el Parlamento, con 334 votos a favor, cuatro abstenciones y 61 votos en contra en la Cámara de Diputados, después de que las formaciones Forza Italia, Movimiento Cinco Estrellas, Liga Norte y Hermanos de Italia se hayan ausentado de la votación porque no se ha permitido el voto secreto.
Tras la aprobación de tres mociones de confianza, la votación final de la reforma, también conocida como 'Italicum', ha salido adelante en la Cámara Baja sin la oposición del Movimiento Cinco Estrellas, la Liga Norte e Izquierda, Ecología y Libertad, ha informado 'La Repubblica'.
La nueva legislación electoral entrará en vigor en julio de 2016 y dará una ventaja en escaños a la lista que supere el 40 por ciento de los votos emitidos. En caso de que ningún partido consiga esa marca, habrá una segunda vuelta entre los dos partidos más votados. Además, la reforma legislativa sitúa en el 3 por ciento el mínimo de votos para obtener representación parlamentaria.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha destacado la importancia de la nueva legislación electoral por entender que facilitará la formación de gobiernos estables. La norma, ha dicho, aporta «gran claridad» porque «durante cinco años está claro el gobierno», formado por «el que gana» los comicios. Italicum establece «un sistema» con el que Italia «podrá finalmente ser punto de referencia para la estabilidad política», ha señalado.
«Estamos dando lugar a la concreción de las reformas tras décadas de palabras en libertad. Esta primera parte de las reformas tiene mucho cuerpo y es muy exigente. Estamos haciendo una ley electoral para decir que el que llega primero ganas las elecciones. No son cosas especialmente geniales», ha afirmado.
La reforma de la legislación electoral llevaba un año estancada en el Parlamento, por lo que Renzi decidió acelerar su aprobación apostando a la ley su futuro político. El rechazo de algunas de las tres mociones de confianza en el Parlamento habría llevado a su dimisión como jefe del Gobierno.
Partidos opositores y disidentes en el seno del Partido Democrático (PD) entienden que la reforma electoral, unida a la reforma constitucional que suprime el Senado como cámara elegida, proporcionará demasiado poder a la formación ganadora en las elecciones, algo que socava la democracia.
Los críticos de Renzi han reprochado al dirigente italiano que vaya a aprobar la ley mediante una moción de confianza, ya que cercena el debate parlamentario y obliga a los diputados a simplemente mostrarse favorables o contrarios a la norma.