El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado este martes la entrega de recompensas por un total de 20 millones de dólares (cerca de 17,8 millones de euros) por información sobre cuatro «líderes clave» del grupo terrorista Estado Islámico.
En su comunicado, ha detallado que el Gobierno estadounidense ofrece siete millones de dólares por información sobre Abd al Rahman Mustafá al Qaduli, cinco millones de dólares en los casos de Abu Mohamed al Adnani y Tarjan Tayumurazovich Batirashvili, y tres millones de dólares por Tariq bin al Tahar bin al Falih al Auni al Harzi.
Según sus informaciones, Al Qaduli es un alto cargo de Al Qaeda en Irak (AQI) que se reintegró en sus filas tras ser liberado de prisión a principios de 2012, tras lo que viajó a Siria. Al Qaduli fue 'número dos' del líder de AQI, Abu Musab al Zarqawi, y 'emir' del grupo en Mosul.
Por su parte, Al Adnani, cuyo nombre de nacimiento es Taha Sobhi Falaha, es el portavoz del Estado Islámico, habiendo sido el encargado de la declaración de la creación del grupo y de su califato. Asimismo, ha solicitado la ejecución de atentados contra intereses occidentales.
Batirashvili es miembro del Consejo de la Shura de la formación y ha supervisado una prisión del grupo en la localidad siria de Al Tabqa, donde se sospecha que han permanecido retenidos varios ciudadanos extranjeros.
Además, el Departamento ha asegurado que mantiene lazos cercanos con la «sección financiera» del Estado Islámico y fue nombrado comandante de operaciones en las provincias sirias de Alepo, Raqqa, Latakia e Idlib.
Por último, ha señalado que Al Harzi «fue uno de los primeros terroristas en unirse al Estado Islámico», acusándole de «ayudar a conseguir fondos de donantes del Golfo Pérsico» y de «reclutar y facilitar los viajes de combatientes».
«Fue nombrado líder del Estado Islámico en la zona fronteriza entre Siria y Turquía, y a finales de 2013 era jefe de los terroristas suicidas, supervisando este tipo de operaciones. Además, ha canalizado el envío de armas desde Libia y Siria para las operaciones del grupo en Irak», ha zanjado.
El Departamento de Estado ha subrayado que el grupo yihadista «ha reclutado a miles de seguidores en todo el mundo para combatir en Irak y Siria, donde cometen abusos de los Derechos Humanos sistemáticamente, incluyendo ejecuciones masivas, persecución de individuos y comunidades por su identidad, asesinato de niños y violaciones, entre otras atrocidades».