Liberia ha puesto este sábado punto y final a su peor pesadilla después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya dado por terminada la epidemia de ébola en el país africano al cumplirse 42 días desde que la última persona infectada muriera y no se hayan detectado nuevos casos.
La representante especial de la Secretaría General de Naciones Unidas en Liberia adelantó que Liberia podría ser declarado «libre de ébola» durante esta semana, en caso de que no se detectasen nuevos casos en los próximos días.
Según datos de la OMS, el virus ha contagiado en Liberia a 10.322 personas, de las cuales 4.608 han muerto. Liberia es el país en el que se han registrado más muertes por ébola desde que se originó el virus en diciembre de 2013, alcanzando su peor momento entre julio y octubre del año pasado. El brote golpeó duramente a las infraestructuras del país, destrozó su ya precario sistema de salud y mantuvo las escuelas cerradas durante los meses más críticos. En total, la letal enfermedad se ha cobrado la vida de más de 11.000 personas en Liberia, Sierra Leona y Guinea.
Sin embargo, la lucha contra la mayor y más duradera epidemia de ébola en la historia aún no ha concluido. Liberia y los demás países afectados de la región siguen teniendo como prioridad la seguridad nacional. El Plan Internacional en Liberia seguirá trabajando para prevenir la enfermedad hasta que todos los nuevos casos en Guinea y Sierra Leona se hayan frenado contenidos y se alcancen los cero casos.
Liberia es hoy un día más feliz y todos los ciudadanos celebran que han ganado la batalla contra el ébola, aunque con cautela porque el riesgo aún no ha desaparecido. Los desafíos a los que se enfrenta el país aún siguen siendo mayúsculos. De momento, los liberianos han recuperado la calma tras vivir la peor de sus pesadillas y poco a poco van recuperando su vida normal: las escuelas han vuelto a recibir alumnos, los negocios han comenzado a trabajar de nuevo y todos esperan que la situación se mantenga estable.
El impacto de la enfermedad en los niños y las comunidades perdurará mucho tiempo pese a haber vencido a la epidemia. Se necesitan movilizar los recursos adecuados para apoyar la estrategia de recuperación y seguir estando alertas. Incluso cuando se alcancen los cero casos en los tres países afectados, las prácticas de seguridad deberán continuar.