La guerra civil en Siria ha dejado ya más de cuatro millones de refugiados desperdigados en otros países de la región, una cifra récord que convierte esta crisis humanitaria a la mayor que se ha enfrentado la comunidad internacional en los últimos 25 años, según ha informado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
ACNUR ha explicado en un comunicado que ha actualizado el balance de exiliados sirios a raíz de los últimos datos aportados por las autoridades turcas, lo que deja un total de 4.013.000 de sirios desperdigados por los países vecinos.
«Esta es la población más numerosa de refugiados que ha provocado un solo conflicto en una generación», ha dicho el Alto Comisionado, António Guterres, al tiempo que ha advertido de que esta cifra podría seguir aumentando a medida que avanza el conflicto.
A este respecto ha recordado que «el hito de los cuatro millones se produce apenas diez meses después de que se alcanzaran los tres Para Guterres la razón de este repunte del éxodo sirio es «el empeoramiento de las condiciones» que «está empujando a un número cada vez mayor de refugiados hacia Europa y más allá, aunque la gran mayoría permanece en la región».
Por países, Turquía es el principal destino, con 1.805.255 refugiados sirios, seguido de Líbano (1.172.753), Jordania (629.128), Irak (249.726), Egipto (132.375) y el Norte de África (24.055). Sin embargo, estas cifras no incluyen a los 270.000 de solicitantes de asilo sirios en Europa y a otros miles reasentados en otros lugares.
Destaca el caso de Turquía, a donde han llegado más de 24.000 sirios solo en junio. «Ya se ha convertido en el país del mundo que más refugiados acoge. Es hogar ahora para el 45 por ciento de todos los refugiados sirios de la región», ha subrayado ACNUR.
A ello se suman «unos 7,6 millones de personas desplazadas dentro de Siria, muchas de ellas en situaciones muy difíciles y en ubicaciones de difícil acceso».
«Condiciones terribles»
Guterres ha insistido en que «se trata de una población que necesita el apoyo del mundo pero que, en cambio, está viviendo en condiciones terribles, sumiéndose cada vez más en la pobreza», debido a la falta de respaldo internacional.
«El 86 por ciento de los sirios que viven fuera de los campos de refugiados en Jordania viven por debajo del umbral de la pobreza, con 3,2 dólares al día. En Líbano, el 55 por ciento de los refugiados viven en infraviviendas», ha detallado.
Esta situación se debe a que los países de acogida se han visto desbordados por la masiva llegada de sirios y, sobre todo, por la perspectiva de tener que garantizarles acceso a servicios sociales básicos, como sanidad y educación, a largo plazo.
«No podemos dejar que los refugiados y las comunidades que les acogen se hundan cada vez más en la desesperación», ha sostenido Guterres, indicando que para revertir esta situación «se necesitarían 5.500 millones de dólares para ayuda humanitaria y de desarrollo».
Pero «a final de junio apenas se había recibido el 24 por ciento de esta cantidad». «Esto significa que los refugiados se van a enfrentar a duros recortes en ayuda alimentaria, que tendrán muchas dificultades para poder acceder a servicios de salud de urgencia o que no podrán enviar a sus hijos al colegio», ha recalcado ACNUR.
Así las cosas, «la esperanza de retorno se va diluyendo a medida que la crisis se perpetúa». «Los refugiados se van empobreciendo y con ello se disparan las malas prácticas –como el trabajo infantil o la mendicidad– mientras que la competencia por el empleo, la tierra, el agua o la electricidad está llevando al límite la capacidad de estas comunidades para seguir apoyándolos», ha alertado.