La localidad bosnia de Srebrenica conmemorará este sábado el vigésimo aniversario del genocidio cometido en julio de 1995 por las tropas serbobosnias bajo mando del general Ratko Mladic, una masacre que acabó con la vida de unos 8.000 varones musulmanes bosnios en unos pocos días.
La ceremonia de este año, en la que serán enterradas unas 130 víctimas de la matanza, cobra especial importancia por cumplirse dos décadas de la barbarie y por la asistencia del primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, que ha anunciado su intención de acudir a las exequias para rendir homenaje a los fallecidos.
También acudirá al funeral colectivo el expresidente estadounidense Bill Clinton, que en su momento fue uno de los impulsores de la construcción del Memorial de Potocari y de las complejas y costosas labores de identificación. El recinto funerario está situado frente a la fábrica en la que los militares concentraron a los musulmanes para separarlos por sexos y edades y ejecutar posteriormente a los varones en edad militar.
La masacre de Srebrenica sigue siendo un tema que enfrenta a los bosniacos con los serbobobosnios y con los serbios porque estas dos últimas comunidades se niegan a reconocer que lo sucedido fue un genocidio, a pesar de que así quedó definido por una sentencia del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY).
Esta corte con sede en La Haya es la encargada de juzgar los crímenes de guerra cometidos en la guerra de Bosnia (1992-1995) y mantiene procesados al exlíder político serbobosnio Radovan Karadzic y a su máximo responsable militar, el general Ratko Mladic, por su responsabilidad en la ejecución de miles de musulmanes bosnios.
La asistencia de Vucic tiene importancia, además, porque fue miembro de la formación ultranacionalista serbia Partido Radical, la misma que llegó a amenazar con matar a 100 bosnios por cada víctima serbia de la guerra y la que sigue liderando Vojislav Seselj, acusado de crímenes de guerra por el TPIY y liberado hace meses por su grave estado de salud.
El primer ministro serbio acudirá al Memorial de Potocari –donde están enterradas las más de 6.000 víctimas del genocidio cuyos restos ya han sido identificados– después de que en 2015 hiciera lo propio el entonces presidente del país, Boris Tadic.
Las relaciones entre Bosnia y Herzegovina y Serbia siguen siendo complicadas por las heridas que ha dejado la guerra. Sin embargo, las autoridades serbias intentan mejorar sus vínculos con Bosnia y Herzegovina y también con Kosovo, cuya independencia se niegan a reconocer, todo ello con el objetivo de avanzar hacia su entrada en la Unión Europea.
El Memorial de Potocari alberga los restos mortales de 6.241 víctimas de la masacre de Srebrenica, todas ellas identificadas a lo largo de los últimos 20 años gracias a pruebas de ADN realizadas a familiares de los fallecidos.
La Comisión Internacional para las Personas Desaparecidas (ICMP) ha contabilizado un total de 6.930 cadáveres ya identificados de víctimas de la masacre, de los cuales 6.827 fueron certificados gracias a las pruebas con ADN y 103 con otros métodos.
Las autoridades bosnias sitúan en unos 8.000 los muertos en el genocidio de Srebrenica, por lo que quedan varios cientos de cadáveres todavía por identificar. Las labores de identificación son especialmente complicadas porque muchos cuerpos están desmembrados porque los militares serbobosnios los enterraron primero en unas fosas y, posteriormente, los trasladaron a otras fosas menores. Esa actuación ha hecho que en algunos casos un mismo cuerpo esté distribuido en varias fosas.
El Instituto para las Personas Desaparecidas de Bosnia y Herzegovina es el organismo local encargado de las labores de identificación, con el apoyo de la ICMP. Hasta la fecha, ha logrado encontrar 17.000 restos humanos en 314 zonas de superficie y en 93 fosas comunes.
En los primeros días de julio de 1995, tras tres años de asedio, los militares serbobosnio bajo mando del general Ratko Mladic tomaron la localidad de Srebrenica, que había sido declarada como 'zona segura' por la misión de Naciones Unidas.
Los 'cascos azules' de Países Bajos, dirigidos por el teniente coronel Thomas Karremans, acordaron con el general Mladic su retirada del cuartel de Potocari, en el que se habían concentrado miles de civiles musulmanes bosnios, esperando la protección de los militares holandeses.
Tras el famoso brindis con champán entre el general Mladic y el teniente coronel Karremans, los militares serbobosnios separaron a los hombres en edad militar de las mujeres y los ancianos y mandaron a estos últimos en autobuses hacia la localidad de Tuzla.
Fue entonces cuando comenzó la masacre de los varones musulmanes bosnios a manos de los militares serbobosnios. Los hombres del general Mladic ejecutaron a unos 8.000 varones bosniacos en pocos días y enterraron sus cadáveres en fosas comunes pero también abandonaron algunos en los montes que rodean Srebrenica.
Algunos musulmanes bosnios lograron huir de la persecución de los militares serbobosnios cruzando los montes de Srebrenica hasta alcanzar Tuzla, en una huida que cada año conmemoran las autoridades de Srebrenica con la denominada 'Marcha por la paz', en la que cientos de peregrinos bosniacos hacen el recorrido inverso hasta llegar a esta localidad del extremo oriental del país.
El Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia ha procesado hasta la fecha a 20 personas por los crímenes relacionados con el genocido de Srebrenica y ha condenado a catorce de ellas. El que fuera jefe de Estado Mayor del Ejército yugoslavo, el general Momcilo Perisic, ha sido el único acusado que ha quedado absuelto en el caso de Srebrenica.
Están pendientes de sentencia el líder político serbobosnio Radovan Karadzic y el máximo responsable militar serbobosnio, el general Ratko Mladic, el hombre que dirigió a los militares en la toma de Srebrenica y durante la ejecución de miles de musulmanes bosnios.