Los 'Boy Scouts' de América han puesto fin este lunes a su política discriminatoria contra los homosexuales, permitiendo la incorporación de adultos homosexuales en calidad de profesores, según ha informado el diario estadounidense The New York Times.
La discriminación basada en la orientación sexual quedará también prohibida en todas las oficinas del grupo y en todos los trabajos remunerados, un paso que podría poner fin a las demandas en Nueva York, Colorado y otros estados que prohíben esta discriminación a los empleadores.
De hecho, el fiscal general del estado de Nueva York, Eric T. Schneiderman, ha anunciado inmediatamente después de la decisión que su oficina ponía fin a su investigación contra los Boy Scouts por violar las leyes contra la discriminación.
Sin embargo, los 'Boy Scouts' han afirmado que las unidades locales vinculadas a iglesias podrán seguir excluyendo a los adultos homosexuales de entre sus filas, en un intento por evitar una oleada de deserciones a otros grupos religiosos conservadores.
El presidente de los 'Boy Scouts' de América, Robert Gates, solicitó a finales de mayo el fin de la política discriminatoria, en un gesto que demuestre que el grupo, duramente criticado por organizaciones LGBT por sus restricciones, «entiende al fin el mundo como es, y no como debería ser».
Gates es exsecretario de Defensa de EEUU y se le considera como una tabla de salvación tras la crisis de liderazgo que ha padecido la organiación juevenil, precisamente por este tema. Si bien Gates recalcó que no tiene intención de alterar los conservadores estatutos de la organización, sí recomendó que actualice sus políticas antes de que entre en juego la Justicia estadounidense.
Más de un 60 por ciento de los líderes de los Boy Scouts votaron en 2013 a favor de la incorporación de jóvenes homosexuales pero eludieron pronunciarse sobre la posible presencia de adultos de la misma orientación sexual para trabajar como guías y educadores.
Varias iglesias evangélicas pusieron fin a sus lazos con los 'Boy Scouts' a raíz de dicha decisión, y el enrolamiento en el grupo cayó un seis por ciento en 2013 y un siete por ciento en 2014, hasta los 2,4 millones de personas.