Alrededor de 1.600 civiles han muerto y más de 3.300 han resultado heridos por la violencia que ha seguido sacudiendo Afganistán durante el primer semestre de 2015, según un informe de la misión de la ONU en el país (UNAMA) divulgado este miércoles.
El informe, que lleva por título 'Protección de los civiles en el conflicto armado de Afganistán en 2015', recoge que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2015 se registraron «4.291 víctimas civiles». En concreto, 1.592 personas perdieron la vida, mientras que otras 3.329 sufrieron heridas.
Los datos reflejan una reducción del 6 por ciento en el número de fallecimientos y un aumento del 4 por ciento en el de heridos en comparación con los primeros seis meses de 2014. Desde enero de 2009, más de 19.300 civiles han perdido la vida en Afganistán, según Naciones Unidas.
La UNAMA ha culpado a los talibán y a otras fuerzas insurgentes de la mayoría de las víctimas registradas este año –siete de cada diez–, mientras que las fuerzas de seguridad y los grupos que combaten del lado del Gobierno serían responsables del 15 por ciento.
Para la ONU, el informe pone de manifiesto el fracaso de las partes en conflicto para poner fin a un drama que se sigue cobrando la vida de cientos o incluso miles de personas cada año. En este sentido, ha defendido la necesidad de que el Gobierno y los talibán entablen conversaciones de paz.
El enviado especial de la organización, Nicholas Haysom, ha advertido de que «las frías estadísticas de víctimas civiles no reflejan de forma adecuada el horror de la violencia en Afganistán», ya que «no revelan el dolor» de las familias y comunidades de «afganos normales» marcadas por la tragedia.
Espiral de violencia
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Husein, ha lamentado el «devastador informe», que refleja el «prolongado sufrimiento» de la población. Los civiles, ha añadido, «se llevan la peor parte del conflicto armado y viven con la inseguridad y la incertidumbre de saber si su visita al banco, a clases de costura, a un tribunal o a una boda será la última».
«La impunidad ante las graves violaciones de los Derechos Humanos y de las leyes humanitarias ha imperado durante demasiado tiempo y alimentado la espiral de violencia», ha lamentado Al Husein, que ha llamado a romper este «círculo malvado» de forma «urgente».