El Gobierno tailandés está siguiendo «posibles pistas» sobre la autoría del atentado que ha dejado este lunes al menos 16 muertos en el centro de Bangkok pero ha rechazado pronunciarse por el momento sobre quién podría estar detrás del mismo.
El viceportavoz del Gobierno, el general Werachon Sukhondhapatak, ha defendido que es «demasiado pronto para especular» sobre quién puede estar detrás del atentado junto a un concurrido templo de la capital aunque ha asegurado que se están siguiendo «posibles pistas», informa el diario 'The Nation'.
En otras declaraciones a la cadena Thai PBS, el portavoz ha dado a entender que el ataque obedecería a motivos políticos y ha hecho referencia a que tras la explosión han surgido rápidamente rumores de que se había decretado el estado de emergencia y ordenado el cierre de escuelas, algo que ha desmentido inmediatamente el Gobierno. Mucho más directo se ha mostrado el portavoz del Ministerio de Defensa, Kongcheep Tantrawanich, para quien el ataque es «obra de aquellos que han perdido sus intereses políticos y quieren destruir el 'momento feliz' de los tailandeses».
«Es un intento de arruinar la imagen turística de Tailandia y provocar daño al sector empresarial del país», ha añadido, según el 'Bangkok Post', denunciando que el objetivo han sido personas inocentes en un lugar muy concurrido. «El grupo detrás de la bomba debe detener el acto salvaje realizado contra sus compatriotas tailandeses y dejar de perjudicar a la nación», ha sostenido el general Kongcheep, recordando que la capital y otros puntos del país han sufrido ataques similares en los últimos años.
El templo hindú de Erawan, muy próximo al cruce de Ratchprasong, es frecuentado tanto por residentes locales como por turistas, especialmente del este de Asia, y en sus alrededores hay varios hoteles y centros comerciales. El lugar ha sido escenario de multitudinarias protestas de carácter político en los últimos años y también ha registrado otros dos ataques con bomba.
En febrero, estallo un artefacto junto al centro comercial Siam Paragon en el que resultaron heridas dos personas y que se cree que estuvo políticamente motivado. En abril, estalló un coche bomba en el aparcamiento del Central Festival Koh Samui, sin que ninguno de los dos sucesos haya sido esclarecido hasta el momento. Por otra parte, las fuerzas tailandesas combaten con insurgentes musulmanes en las tres provincias del sur del país desde hace más de una década, pero estos rebeldes no suelen extender sus acciones fuera del bastión de la etnia malaya.