Entre 20 y 50 refugiados han sido hallados muertos, presuntamente asfixiados, en el interior de un camión en el este de Austria, cerca de la frontera con Hungría, según informan los medios locales.
Según el diario Krone, el camión estaba aparcado en el arcén y fueron los empleados del servicio de la autovía quienes lo localizaron, aunque se cree que llevaba allí bastante tiempo. Tras alertar a la Policía, los agentes hicieron el macabro hallazgo.
Por su parte, la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leiner, no ha dudado en hablar de «día negro» y asegurar que «esta tragedia nos afecta a todos». «Los traficantes de personas son criminales. Y quien ahora todavía siga pensando que son apacibles personas que ayudan a huir, esto no les va a ayudar», ha añadido.
La ministra ha subrayado que lo ocurrido ha puesto de manifiesto «los métodos despreciables de la mafia de traficantes en toda su fealdad en Austria». Asimismo, ha defendido «tolerancia cero» hacia los traficantes de personas que «deberían estar entre rejas«.
Igualmente, ha considerado necesario que la UE actúe para poner fin al tráfico de personas y «una rápida decisión acerca de quién es un refugiado que huye de la guerra y quién es un inmigrante por razones económicas».