Más de 2,1 millones de nigerianos se han visto a abandonar sus hogares en el norte de Nigeria como consecuencia del conflicto que enfrenta al grupo terrorista Boko Haram, que ha jurado lealtad a Estado Islámico, y las fuerzas del Gobierno que lidera Muhamadu Buhari, que ha permitido acabar con los islamistas.
Según los datos publicados esta semana por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la cifra representa un importante incremento en comparación con los datos ofrecidos en junio, cuando había 1,3 millones de desplazados internos.
De acuerdo con la organización, el incremento puede atribuirse a la intensificación de los ataques perpetrados por Boko Haram, así como la mejora del acceso a zonas hasta ahora inaccesibles del estado de Borno, donde actualmente hay ya más de 1,6 millones de desplazados internos.
El informe, que cubre la situación de desplazados en los estados de Adamawa, Bauchi, Borno, Gombe, Taraba y Yobe, así como la capital Abuya, pone de manifiesto que el 92 por ciento de los desplazados internos viven actualmente en comunidades de acogida, mientras que el resto están en campamentos.
Los desplazados citan como su principal necesidad los alimentos (58 por ciento), seguido del cobijo (13 por ciento) y otros bienes no alimentarios (7 por ciento). Así las cosas, la jefa de la misión de la OIM en Nigeria, ha subrayado que «es muy importante que las autoridades y los socios humanitarios aceleren el reparto de asistencia adecuada a estas personas».
Según las estimaciones de The Soufan Group, una empresa encargada de ofrecer información de seguridad estratégica, entre 15.000 y 20.000 personas han muerto en ataques de Boko Haram desde que el grupo terrorista lanzara su ofensiva para instaurar la 'sharia' en Nigeria en 2009.
De ellas, unas 1.000 han fallecido desde que la organización que lidera Abubakar Shekau juró lealtad a Estado Islámico el pasado mes de julio y cambió su nombre por el de Estado Islámico en África Occidental.