Los ministros de Interior de la UE han logrado este martes un acuerdo «por aplastante mayoría» para reubicar en un plazo de dos años y en el conjunto de los Estados miembros a 120.000 demandantes de asilo llegados inicialmente a Italia y Grecia, según han confirmado los ministros francés y alemán, Bernard Cazeneuve y Thomas de Meizer.
El acuerdo ha salido adelante tras un primer intento fallido la semana pasada y pese al voto en contra de cuatro Estados miembros –Hungría, Rumanía, República Checa y Eslovaquia– y la abstención de Finlandia, según han informado fuentes diplomáticas. El reparto de la responsabilidad entre los estados miembro incluye cuotas de acogida incluso para los países que se han posicionado claramente en clara de esta iniciativa.
La propuesta inicial diseñada por la Comisión Europea planteaba reubicar a 120.000 demandantes de asilo procedentes de Italia, Grecia y Hungría, pero la negativa del Gobierno de Viktor Orbán a ser considerado beneficiario de este programa ha obligado a rediseñar la propuesta. Hungría ha pasado a ser considerado país de acogida para las personas con derecho a protección internacional, lo que se traducirá en una leve reducción de las cuotas asignadas inicialmente a cada estado miembro, cerca de 15.000 plazas en el caso de España.
Así, se ha establecido un plan en dos fases que en la primera permitirá reubicar en los estados miembro a un total de 66.000 refugiados procedentes de Italia y Grecia, los países más afectados por la crisis migratoria.
El documento del acuerdo, al que ha tenido acceso Europa Press, atribuye a España la reubicación de 1.896 personas ahora en Italia y de 6.127 personas llegadas primero a Grecia. Los 54.000 restantes previstos en principio para ayudar a Hungría a aliviar la presión migratoria quedarán en una suerte de «reserva», de modo que serán reubicados en una segunda fase y procederán también de Italia y Grecia, siempre y cuando ningún otro Estado miembro solicite en los próximos 12 meses acogerse al programa porque su capacidad de recepción se vea desbordada.
El peso que deberá asumir cada país de la Unión Europea para recibir a parte de los refugiados asignados a esta segunda fase no ha quedado definido en el acuerdo de este martes. Al término de la reunión, el ministro Cazeneuve ha querido subrayar que el pacto ha sido posible también porque se ha atendido a la exigencia francoalemana de «reforzar» los controles en las fronteras exteriores de la UE y de establecer un «calendario claro» para la puesta en marcha de centros de registro y acogida ('Hot Spot'), en los que se «retendrá» a los inmigrantes mientras se tramita su solicitud de asilo y desde donde serán devueltos a su país de origen si se rechaza