El número de muertos por el bombardeo efectuado el 3 de octubre por aviones estadounidenses sobre un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz, en plena ofensiva contra los talibán, ha aumentado a 23, según ha informado la ONG.
«Casi tres semanas después, MSF anuncia con tristeza que el balance de víctimas sigue subiendo, con un nuevo miembro del personal de MSF fallecido», ha dicho la organización humanitaria a través de un comunicado.
MSF ha detallado que ya hay 13 fallecidos entre el personal sanitario y diez entre los pacientes, a la espera de que se confirme la muerte de dos que han desaparecido y la identidad de siete cadáveres totalmente carbonizados.
Además, ha confirmado 27 heridos entre el personal de MSF, a los que se suman un número indeterminado de pacientes heridos que ha sido imposible concretar debido al «caos» generado tras el ataque de la aviación norteamericana.
Más allá de las víctimas directas, MSF ha recordado que «la destrucción» del hospital en Kunduz «tendrá un enorme impacto en el acceso a cuidados médicos de cientos de miles de personas en toda la región».
«Este hospital era el único de este tipo en el noreste de Afganistán, con más de 400 profesionales capaces de dar atención quirúrgica, postoperatoria y rehabilitación de la más alta calidad», ha destacado. Solo en 2014 hubo 22.000 pacientes.
La ONG ha subrayado además que el hospital de Kunduz, a pesar de estar enfocado a la traumatología, ha prestado todo tipo de atención médica, especialmente en la semana previa al bombardeo, tras la llegada de los talibán y los consecuentes combates, cuando recibieron 394 pacientes.
«Un pequeño equipo de MSF ha vuelto a Kunduz para valorar los daños, pero hasta que entendamos qué ocurrió esa noche y tengamos garantías de que no volverá a pasar, no podremos reabrir el hospital. Nuestro personal y pacientes deben estar seguros», ha dicho.
Bombardeo en Kunduz
Aviones estadounidenses bombardearon el 3 de octubre el hospital de MSF en Kunduz, en el marco de las operaciones de combate llevadas a cabo en coordinación con las fuerzas afganas para expulsar a los talibán de la ciudad.
MSF asegura que el 29 de septiembre había informado tanto a las fuerzas estadounidenses como a las afganas de la localización exacta del hospital y que, incluso media hora después de avisar de las primeras bombas a los dos mandos, los proyectiles siguieron cayendo.
El Gobierno de Barack Obama ha admitido el ataque aéreo, pero ha cambiado de versión. Primero dijo que fue un «error» y ahora asegura que el bombardeo se llevó a cabo a petición de las tropas afganas, que les informaron de que estaban siendo atacadas desde esa posición.
MSF ha pedido activar, por primera vez desde que se creó (en 1993), la Comisión Internacional Humanitaria, para esclarecer los hechos, pero para ello tanto Estados Unidos como Afganistán, que no forman parte de la misma, deberán dar su consentimiento.