Los países que han participado en la cumbre internacional que se ha celebrado este viernes en Viena para encontrar una solución a la guerra civil en Siria han acordado trabajar para formar un gobierno de transición durante los próximos meses.
En un comunicado conjunto, las partes han informado de que, si bien «las diferencias sustanciales persisten», han logrado llegar a «un entendimiento» sobre siete puntos que consideran fundamentales para acabar con la guerra siria.
Los firmantes han pedido a Naciones Unidas «que convoque a los representantes del Gobierno y de la oposición en Siria a un proceso político que lleve a un gobierno creíble, inclusivo y no sectario seguido de una nueva Constitución y elecciones».
«Las elecciones deberán celebrarse bajo la supervisión de Naciones Unidas para satisfacer los más altos estándares internacionales de transparencia y responsabilidad, libertad y justicia, con todos los sirios, incluidos los de la diáspora, como electores», han dicho.
Los países reunidos en la capital austriaca han subrayado la importancia de que, en todo caso, «el proceso político esté liderado y gestionado por los sirios. «El pueblo sirio debe decidir el futuro de Siria«, han recalcado.
Al mismo tiempo, han acordado que «las instituciones estatales permanecerán intactas» y han ratificado que «la unidad, la independencia, la integridad territorial y el carácter secular de Siria» son fundamentales.
Con ello, los participantes han querido dar continuidad –según han señalado expresamente– a la llamada Declaración de Ginebra de junio de 2012, que también establecía la formación de un Gobierno de unidad nacional.
Tregua Nacional
Los participantes también han llegado a pactos para hacer frente a la situación actual de caos y de crisis humanitaria. «Es imperativo acelerar todos los esfuerzos diplomáticos para acabar con la guerra», han sostenido.
En primer lugar, han apuntado la urgencia de que «el Estado Islámico y otros grupos terroristas, como los designados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y los acordados por los propios participantes, sean derrotados».
Además, «los participantes, junto a Naciones Unidas, explorarán las modalidades para la implementación de un alto el fuego nacional que entre en vigor en una fecha cierta y en paralelo a este renovado proceso político».
Entretanto, «el acceso humanitaria debe garantizarse en todo el territorio sirio y los participantes aumentarán su apoyo a los desplazados internos, a los refugiados y a los países de acogida».
Por último, han avanzado que en los próximos días seguirán trabajando «para reducior los puntos donde persisten las diferencias y constuir nuevos acuerdos«. Así, se han citado para dentro de dos semanas para continuar con los contactos.
Estados Unidos y Rusia han organizado dos jornadas de reuniones en la capital austriaca a las que han asistidp Irán –invitado por primera vez a este tipo de actos–, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán, Irak, Turquía, Líbano, Jordania, Egipto, China, la UE y la ONU.
El objetivo era pactar un nuevo plan para conducir a Siria hasta la paz. El principal escollo en estas negociaciones es Bashar al Assad: Occidente aboga por su salida del poder, mientras que Rusia e Irán han condicionado cualquier acuerdo a mantenerlo en la Presidencia.