Tras seis décadas de distanciamiento entre China y Taiwán, los presidentes de estos países han protagonizado un histórico apretón de manos previo a una reunión en Singapur, con la que se abre una nueva página en las relaciones bilaterales.
Se trata del primer encuentro entre los líderes de las dos países desde el fin de la guerra en 1949. Tras la reunión, celebrada a puerta cerrada, ambos presidentes tienen previsto comparecer ante los medios de comunicación. Según la agencia oficial de noticias Xinhua, cientos de periodistas han asistido al «histórico» momento.
Las relaciones políticas entre ambos países han estado paralizadas décadas por una desconfianza mutua entre ambos países. Sin embargo, el comercio bilateral, así como la inversión y el turismo han aumentado, en particular desde que Ma llegó al poder en 2008.
«Estoy aquí para prometer a todo el mundo de que debemos dar lo mejor para alcanzar el objetivo que ya habíamos establecido previamente: hacer más pacífico el estrecho de Taiwán y aumentar la cooperación entre ambas partes», afirmó Ma antes de embarcar en su avión destino a Singapur.
Aunque no se espera alcanzar ningún acuerdo en la reunión, altamente simbólica, Xi espera consolidar su posición como gran líder en China mientras Ma, que dejará su cargo el próximo año tras los comicios, debido a los límites de mandato, intenta moldear su legado, ensombrecido por el sentimiento contra Pekín generado en Taiwán.
Elecciones en Taiwán
Dentro de unas semanas, Taiwán celebrará unas elecciones presidenciales y parlamentarias en las que hasta el momento se ve como ganador el Partido Progresista Democrático (DPP), con inclinaciones independentistas, algo que Pekín quiere evitar a toda costa.
Los Nacionalistas, conocidos como Kuomintang (KMT), partido que preside el actual mandatario, se retiraron a Taiwán tras perder la guerra civil con los comunistas, aún en el poder en Pekín. China nunca ha renunciado al uso de la fuerza para persuadir a lo que considera una provincia rebelde bajo su control.