Al menos catorce personas han muerto este miércoles tras hundirse la barca en la que viajaban frente a las costas de Turquía, según ha informado la agencia local de noticias Dogan, que ha señalado que otras 27 personas han sido rescatadas.
Según estas informaciones, la barca se ha hundido cuando intentaba cruzar la distancia que separa Turquía de la isla griega de Lesbos, uno de los principales puntos de entrada de inmigrantes y refugiados a la Unión Europea (UE). Entre las víctimas habría varios niños.
La agencia europea de control de fronteras exteriores (Frontex) cifró el martes en 1,2 millones el número de entradas de inmigrantes irregulares en los diez primeros meses del año, una cifra cuatro veces mayor a la registrada en 2014.
En su comunicado, detalló que más de 540.000 inmigrantes han llegado a las islas griegas durante este periodo de tiempo, lo que supone trece veces más que la cifra registrada para este mismo periodo de tiempo el año pasado.
Los líderes de la UE y de países africanos tratarán de pactar entre el miércoles y el jueves un plan de acción con «soluciones prácticas» con las que atajar la crisis de refugiados y frenar la entrada irregular a Europa de inmigrantes sin derecho a protección internacional, con medidas como la negociación de acuerdos para agilizar las deportaciones y un incremento de las ayudas a los países de origen.
El objetivo de esta cumbre en La Valeta, a la que han sido convocados 63 países, es «examinar de manera muy práctica» cuál es el mejor modo de «trabajar juntos» en retos comunes como la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos o corregir las causas de la inmigración irregular.
La UE centró estas semanas sus esfuerzos en la llegada masiva de refugiados a través de la ruta de los Balcanes, pero mantiene la vista puesta en el Mediterráneo, por dónde siguen llegando uno de cada siete de los inmigrantes irregulares a la UE.
La diferencia entre estas dos rutas, según subrayan fuentes europeas, es que actualmente la mayoría de refugiados tratan de llegar por tierra, a través de Turquía y hacia Alemania, mientras que el canal del Mediterráneo es el más utilizado por lo que llaman inmigrantes de carácter «económico, no político».