Entre 1.700 y 570 franceses –según las fuentes– se han integrado en Siria e Irak a las filas del yihadismo, casi todos enrolados en el Daesh, o Estado Islámico, que es la traducción de este acrónimo. El Ministerio del Interior francés pensaba los días antes del salvaje atentado de París que, de ellos, 245 habían regresado a Francia. En condiciones psicológicas y sociales deplorables. Desde finales de septiembre, 14 cazabombarderos Dassault Rafale del Ejército del Aire francés atacan cotidianamente posiciones del Daesh en Siria e Irak. El Daesh juró venganza. Por vez primera, si se ha de creer su reivindicación, han actuado en suelo europeo, arrebatando a Al Qaeda su exclusiva del terrorismo en países occidentales.
Daesh ha amenazado a Francia, desde luego. Pero también a España. Los servicios de inteligencia tienen bien claro que nuestro país ha recibido en lo que va de año 15 amenazas directas y públicas, como la que sonó a predicción en el caso francés, que anunciaba cadáveres por sus calles. Las brigadas antiterroristas en España están sorprendidas por la reivindicación del Daesh, si bien la penetración yihadista de este grupo en la enorme capa de población musulmana que vive en condiciones de marginalidad en Francia hacía temer que esto sucediera cualquier día. Los terroristas de las acciones contra el semanario Charlie Hebdo, que sembraron de muerte también París en enero de este mismo año, pertenecían a la facción yemení de Al Qaeda. Ahora es el Daesh quien engancha a estos jóvenes.
Como en el caso de Reino Unido –los autores de los atentados del 7J de 2005 eran ciudadanos británicos–, el fenómeno de nacionales de segunda generación, pero origen musulmán, pasados al bando yihadista hace especialmente difícil de controlar esta amenaza.
Este año la Policía francesa había detenido a 370 personas en su país, implicados en 169 sumarios relacionados con el yihadismo. A resultas de ello, fueron imputados 212 detenidos y 147 ingresaron en prisión. Claro que no todos eran guerrilleros que han regresado de combatir en Siria.
¿Contra o con El Assad?
La posición francesa en Siria es ciertamente paradójica. La República francesa es enemiga radical de Bashar el Assad, y propuso en los primeros momentos de la guerra civil siria que fuera derrocado por los aliados europeos. Pero El Assad ha resistido contra todo pronóstico y ha encontrado el apoyo de Rusia, su tradicional aliado. El Gobierno francés dice que sus bombardeos no quieren favorecer al presidente sirio, pero es difícil que la destrucción de campos de entrenamiento y posiciones yihadistas en la vieja colonia francesa no ayuden al ejército de El Assad. Siria fue una colonia francesa, lo que dota casi de carácter esquizofrénico al conflicto.
Las autoridades militares galas creen que han matado a unos 133 yihadistas franceses que combatían en Siria. De hecho, François Hollande alegó a la “defensa propia” a la hora de justificar las acciones de sus cazabombarderos en Siria. El propio primer ministro, Manuel Valls, aseguró que lo que hacía su país era “atacar al Daesh”.
El Daesh se había conformado hasta ahora, ni más ni menos, que a establecer un territorio controlado, panmusulmán, que abarca desde zonas de Libia fuera de control de los dos Gobiernos del país a extensas zonas de Irak y, por supuesto, Siria. Un califato terrenal, en contraposición del califato virtual que ha supuesto hasta la fecha Al Qaeda (“La red”). Por eso no había mostrado interés hasta ahora en llevar la guerra sin cuartel que mantiene en oriente medio a Occidente. Su guerra se ceñía al dominio territorial y el derrocamiento de regímenes fallidos como los de Libia, o frágiles como los de Irak y Siria.
Pero hoy Daesh es un reclamo mucho más potente que Al Qaeda para jóvenes musulmanes descendientes de segunda generación en Europa. La yihad y el Califato en Siria han producido una movilización sin precedentes. Se calcula que a Siria han acudido entre 25 y 30.000 guerrilleros, de los que unos 3.000 son europeos. Muchos de ellos españoles. Según explica uno de los mayores expertos universitarios en terrorismo de origen yihadista, Fernando Reinares, la propia revista de propaganda del Daesh asegura que “el revival del Califato proporciona a cada musulmán una entidad concreta y tangible para satisfacer su natural deseo de pertenecer a algo mayor”.
Daesh: “El revival del Califato proporciona a cada musulmán una entidad concreta y tangible para satisfacer su natural deseo de pertenecer a algo mayor”
Como una premonición, el ministro francés de interior, Bernard Cazeneuve, decía hace unos días que los yihadistas franceses regresados de Siria son “los individuos más peligrosos; son los que han asistido a combates y exacciones integrados en grupos terroristas. Salen de esos crímenes destruidos psicológicamente, sin ninguna inhibición y condicionados para cometer atentados”.