Según informa el Wall Street Journal, el terrorista que provocó la primera explosión tras inmolarse cerca del Estade de France tenía como primera opción hacerlo dentro del estadio, con el objetivo de causar un mayor número de muertes. La tragedia de París pudo adquirir una mayor gravedad, si un miembro de seguridad, Zouheir, no se hubiera percatado de que el yihadista vestía un chaleco con explosivos.
El hombre disponía de una entrada para acceder al recinto, al que asistieron 80.000 personas con motivo del partido que disputaban las selecciones de Francia y Alemania. Tras ser descubierto, unos quince minutos antes del arranque del choque, el terrorista habría huido y optado por accionar el chaleco, y provocó la primera explosión que desató el estado de alerta y que resonó en todo el estadio.
No fue la única explosión que se produjo en los alrededores del Estade de France. Tres minutos más tarde se inmoló otro asaltante. Un tercero hizo lo propio cerca de un McDonalds y provocó la muerte de una persona. Había comenzado la noche de terror en París.
El presidente Francois Hollande, que se encontraba dentro del estadio, fue evacuado en la mayor brevedad posible y los accesos al estadio se cerraron. La gente descendió de la grada al césped mientras los jugadores, llenos de incertidumbre, se mantenían en el túnel de vestuarios, después de haber escuchado el ruido con el partido en juego. Los aficionados y los protagonistas salieron del recinto poco a poco y con la autorización de la policía francesa, cuando se supo con certeza que no corría mayor peligro esa zona.