Más de 400 civiles han muerto como consecuencia de los bombardeos lanzados por las fuerzas rusas sobre Siria desde el pasado 30 de septiembre, una cifra superior al número de combatientes rebeldes y terroristas que habrían perdido la vida en estos ataques.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha hecho balance del resultado de las operaciones iniciadas por Moscú el 30 de septiembre y ha determinado que 403 civiles han perdido la vida. Entre estas víctimas figuran 97 niños y 69 mujeres.
Por otro lado, la organización ha cifrado en 381 el número de rebeldes y terroristas fallecidos durante el último mes y medio. Este balance incluye tanto a miembros de la denominada oposición moderada como a combatientes de Estado Islámico o el Frente al Nusra –filial de Al Qaeda en Siria–.
El Observatorio, con sede en Londres pero una amplia red de fuentes sobre el terreno, ha advertido de que Rusia bombardea diferentes zonas de Siria «sin distinguir entre objetivos civiles y militares y ha pedido respeto para los civiles ajenos al conflicto iniciado hace cuatro años y medio».
En los últimos trece meses, más de 6.800 civiles han fallecido por los ataques aéreos lanzados por el régimen de Bashar al Assad, que ha utilizado más de 22.000 barriles bomba. La lista de víctimas civiles incluye a más de 1.400 niños y, al igual que en el caso ruso, también es superior al de bajas combatientes (3.702).
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido de que los logros alcanzados hasta ahora no bastan para «liberar» a la población de los terroristas y ha llamado a intensificar la ofensiva. En los últimos cuatro días, Rusia ha bombardeado más de 800 objetivos en Siria.