El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha asegurado este lunes que su Gobierno dispone de pruebas que certificarían que Turquía derribó el bombardero Su-24 en la frontera siria para garantizar el suministro de petróleo enviado desde Siria por milicianos del grupo terrorista Estado Islámico.
«Tenemos razones para creer que la decisión de derribar nuestro avión se debió al deseo de garantizar la seguridad de las rutas de suministro de petróleo hacia Turquía», ha sentenciado Putin, que ha viajado a París para asistir a la cumbre del clima auspiciada por Naciones Unidas.
El mandatario ruso se ha reunido con varios dirigentes internacionales, entre ellos su homólogo estadounidense, Barack Obama, y –según Putin– la mayoría coinciden en que no había ninguna necesidad de derribar el avión, toda vez que no representaba ninguna amenaza para Turquía, informa la agencia de noticias Sputnik.
Se trata, a juicio de Putin, de un «gran error» por parte de Turquía. «Nos han contado que el presidente no tomó la decisión, que fue otra gente. Para nosotros, no importa demasiado, lo importante es que dos de nuestros militares murieron como resultado de este movimiento criminal», ha lamentado.
Putin no ha hecho públicas las pruebas de las que dispone para sospechar de los intereses turcos, a pesar de que desde Ankara le han pedido en reiteradas ocasiones que aclare. El Gobierno turco ha alegado que derribó el avión porque había traspasado la frontera, algo que Moscú niega.
El presidente ruso ha confirmado que el conflicto sirio ha sido el tema más comentado en sus encuentros bilaterales con otros dirigentes y, en este sentido, confía en que también se pueda extender a otros países la cooperación existente con Francia.
Putin ha avanzado que seguirá trabajando para tratar de formar una coalición amplia. En este escenario, ha advertido, el deterioro de las relaciones con Turquía es «lamentable para todos».