Sultan Faizi, portavoz del vicepresidente afgano Abdul Rashid Dostum, ha asegurado a última hora de este jueves que el líder de los talibán, el mulá Ajtar Mansur, ha muerto a causa de las heridas sufridas en un reciente tiroteo registrado en Pakistán, tal y como ha recogido la agencia china de noticias Xinhua.
Fuentes cercanas al grupo insurgente afirmaron el martes que el mulá Mansur haría resultado herido en un tiroteo desatado en el marco de una reunión de milicianos en la ciudad paquistaní de Quetta, lo que fue rápidamente desmentido por los talibán a través de un comunicado.
La brecha entre las facciones talibán se ha profundizado desde que el pasado verano Afganistán anunciara que el mulá Mohamed Omar había muerto hace dos años, dando lugar a una carrera por el poder en el seno de la insurgencia.
Aunque el mulá Mansur se erigió como el nuevo jefe, desde entonces varios dirigentes talibán han desafiado su mandato. El más importante es el mulá Dadulá, aunque la Inteligencia afgana asegura que murió el mes pasado, algo que el grupo armado ha negado.
Sin embargo, la agencia afgana de noticias Pajhwok ha publicado esta misma semana una fotografía del cadáver del mulá Dadulá. Fuentes del grupo han apuntado que habría muerto en un enfrentamiento interno en la provincia de Zabul (sur).
Varios comandantes talibán que se opusieron al nombramiento del mulá Mansur como líder del grupo nombraron al mulá Mohamad Rasul como líder de una escisión de la formación, grupo que contaría con el respaldo del Estado Islámico.
Los talibán rebeldes, que se autodenominan Alto Consejo del Emirato Islámico de Afganistán, nombraron además a Dadulá como 'número dos' de la facción, lo que supone un desafío para Mansur debido a la influencia con la que contaba Dadulá en el sur del país.
Los talibán confirmaron oficialmente en julio que el mulá Omar llevaba muerto más de dos años después de que los servicios secretos afganos filtraran la noticia. Al día siguiente eligieron al mulá Mansur, hasta entonces 'número dos' de los talibán, como líder del grupo.
Muchos de los comandantes talibán y también la familia del mulá Omar expresaron su malestar con este nombramiento, ya que lo consideran demasiado cercano a Pakistán. Además, cuestionan el hecho de que Mansur ocultara durante dos años la muerte de Omar, defendido para fomentar la cohesión de los talibán.
Los talibán se vieron entonces arrastrados a una disputa en torno a la sucesión marcada por las diferencias entre Mansur y el mulá Mohamad Yaqub, hijo mayor de Omar, si bien éste juró finalmente su fidelidad al nuevo líder en septiembre.