El exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mònica Oltra, han firmado un llamamiento en contra de las políticas de la austeridad de la UE que pretende «democratizar radicalmente» las instituciones europeas, en un documento que ha sido suscrito inicialmente por un centenar de personalidades políticas, culturales, sociales, intelectuales y activistas internacionales.
El llamamiento, que expone el movimiento Plan B Europa en su web y que pretende «generar un espacio de confluencia» para consensuar objetivos y acciones, también ha sido firmado por el alcalde de Cádiz, José María González 'Kichi', y de Zaragoza, Pedro Santisteve; el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, y los concejales de Ahora Madrid Mauricio Valiente, Pablo Carmona y Rommy Arce.
También lo suscriben la diputada de la CUP en el Parlament Anna Gabriel y los exdiputados anticapitalistas David Fernández, Quim Arrufat y Josep Manel Busqueta; el eurodiputado de ICV Ernest Urtasun, y el secretario general de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, además de otros representantes públicos de Podemos, Compromís, Equo, Marea e Izquierda Plural.
Entre los primeros firmantes del llamamiento –que suma ahora alrededor 3.300 firmas– también figuran activistas de Ecologistas en Acción, el cineasta británico Ken Loach, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, el relator de Derechos Humanos de la ONU Alfred de Zayas y el economista Juan Torres, entre otros.
El llamamiento propone convocar una conferencia europea entre el 19 y el 21 de febrero en Madrid, a la que invitan «públicamente a participar en los debates, grupos de trabajo y exposiciones que allí se organizarán».
Espacio de confluencia
«Queremos generar un espacio de confluencia de todas las personas, movimientos y organizaciones que nos oponemos a al modelo actual de Unión Europea, y consensuar una agenda común de objetivos, proyectos y acciones, con el fin último de romper con el régimen de austeridad de la UE y democratizar radicalmente las Instituciones Europeas», destaca el llamamiento.
Defiende que «el golpe de Estado financiero ejecutado en Grecia desde la UE» ha intensificado el debate sobre las instituciones europeas, su compatibilidad con la democracia y su papel como garante de los derechos básicos exigidos por los europeos.
«La actual UE está gobernada de facto por una tecnocracia al servicio de los intereses de una pequeña, pero poderosa, minoría de poderes económicos y financieros», advierte el llamamiento, algo que asegura que ha provocado el resurgimiento de movimientos de extrema derecha, ante los que considera que se debe reaccionar para impedir que los fascismos capitalicen el dolor y el descontento de la ciudadanía, en sus palabras.
Critica también la «respuesta insolidaria –en ocasiones hasta xenófoba– de las Instituciones Europeas y de los Estados Miembros ante la llegada de refugiados», y advierte de un discurso hipócrita de la UE respecto a los Derechos Humanos.
Avisa de que las políticas de la UE están «basadas en la austeridad, privatizan los bienes comunes y destruyen los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales de la crisis», y destaca que la sociedad ya se ha puesto a trabajar para cambiar el modelo desde la movilización, ante la que señala que hay que mejorar la coordinación y la cooperación a nivel europeo.
Exige una política fiscal justa y «el cierre de paraísos fiscales«, sistemas de intercambio complementarios, la remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de los trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad, la apuesta por un modelo de producción basado en energías renovables, y reformar o abolir el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria.