jueves, noviembre 28, 2024
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Muere la activista gallega que protestó 35 años ante la Casa Blanca

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La española Conchita 'Connie' Picciotto, conocida por haber acampado durante 35 años frente a la Casa Blanca para protestar contra la proliferación de armas nucleares, falleció este lunes en un refugio para mujeres sin hogar de Washington. 

El refugio para 'sin techos' 'N Street Village' de la capital estadounidense informó a The Washington Post de la muerte de Picciotto, considerada la persona que ha mantenido un acto público de protesta política durante más tiempo de la historia de Estados Unidos

El director del centro ha asegurado que se desconoce la causa de la muerte, aunque ha señalado que la activista sufrió una caída hace pocos días. 

Muchas son las incógnitas y curiosidades que rodean a esta gallega, natural de Vigo, cuya edad es una incógnita. Emigró a Nueva York en 1960, cuanto era adolescente. Alli, 'Connie' empezó a trabajar como recepcionista en el consulado español y poco después conoció al que sería su marido, un hombre de negocios italiano de quien heredó el apellido. Con él adoptó a una niña, que están en el origen de su larga lucha. 

La activista pretendía volver con su hija a Galicia, pero tanto su marido como la familia de él se negaron y comenzaron lo que ella denominó como una conspiración para apartarla de la niña. Picciotto acudió entonces a las puertas de la Casa Blanca para denunciar la resolución judicial que otorgó la custodia al padre de la criatura.

A pesar de que su lucha nunca se vio recompensada, Conchita Picciotto decidió unirse a William Thomas en 1981, un activista al que conoció acampado en la avenida Pensilvania, frente a la sede presidencial. Comenzó así su andadura para denunciar la proliferación nuclear, que solo su fallecimiento ha podido parar. A pesar de la muerte de Thomas en 2009, ella continuó la lucha frente al clima y las numerosas complicaciones que le suponía.

Picciotto dormía en una silla, ya que la legislación no le permitía tumbarse en el suelo para descansar. Siete días a la semana, 24 horas al día, la activista se mantenía frente a la Casa Blanca, únicamente abandonando su puesto cuando necesitaba ir al baño. 

La emigrante española vivía en ese pedacito de acera frente a la residencia presidencial, y portaba siempre un casco de moto que cubría con pañuelos o pelucas por miedo a sufrir golpes y a recibir las radiaciones enviadas por la CIA, que acabarían con su pensamiento libre.

Picciotto ha intervenido en importantes documentales como «Farenheit 9/11», del polémico director estadounidense Michael Moore y «Los oráculos de la avenida Pensilvania», elaborado por el canal de noticias AlJazeera.

«Vive por la bomba, muere por la bomba» se podía leer en uno de sus carteles, que tenía traducidos a casi todos los idiomas. «Prohibid todas las armas nucleares o tened un buen día del juicio final» expresaba otra de sus pancartas. 

En los últimos años, la experimentada activista había sido ayudada por los más jóvenes, sobre todo tras un accidente en bicicleta.

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