El ministro de Defensa de Corea del Sur, Han Min Koo, ha acusado este miércoles a Corea del Norte de aumentar las tensiones militares en la península con su anuncio de un futuro lanzamiento de un satélite.
«Las tensiones militares continúan tras la cuarta prueba nuclear realizada por Corea del Norte, que ha incrementado las tensiones con su notificación sobre el lanzamiento de un misil de largo alcance, en un momento en el que Naciones Unidas discute sobre nuevas sanciones», ha apuntado.
Por ello, Han ha subrayado que Corea del Sur trabajará con Estados Unidos para «mejorar su capacidad para hacer frente a las amenazas balísticas y nucleares de Corea del Norte», según ha informado la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El subdirector de la Presidencia para Seguridad Nacional, Cho Tae Yong, ha advertido este mismo miércoles de que Corea del Norte que «pagará un alto precio» en caso de que siga adelante con sus planes para lanzar un satélite.
El martes, una portavoz de la Organización Marítima Internacional (OMI) confirmó que el organismo había recibido información de Corea del Norte respecto al lanzamiento de un satélite de observación de la tierra 'Kwangmyongsong' entre el 8 y el 25 de febrero.
Fuentes estadounidenses ya habían apuntado a que Pyongyang estaba haciendo preparativos para el lanzamiento de un cohete de largo alcance, después de que se hubiera observado por los satélites actividad en su lugar de ensayos.
Corea del Norte, que llevó a cabo su cuarto ensayo nuclear el 6 de enero en desafío de las sanciones de la ONU, realizó su último lanzamiento de un cohete de largo alcance en diciembre de 2012, poniendo en órbita un objeto que describió como un satélite de comunicación.
Expertos occidentales y asiáticos han señalado que el lanzamiento se enmarca en los esfuerzos para construir un misil balístico intercontinental. Pyongyang argumenta que tiene el derecho soberano a un programa espacial y a lanzar cohetes.
Corea del Norte está bajo sanciones de la ONU por sus programas nuclear y de misiles y varios países, incluidos Estados Unidos y Corea del Sur, están buscando imponer nuevas sanciones tras el último ensayo nuclear.