jueves, noviembre 28, 2024
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Tusk asegura que aún queda «mucho por hacer»

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El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha advertido este viernes de que «queda mucho por hacer» para lograr cerrar un acuerdo para rediseñe las relaciones de Reino Unido con el resto de socios de la Unión Europea, por lo que los contactos al más alto nivel continuarán a lo largo de la madrugada.

«Se han logrado algunos progresos, pero queda mucho por hacer«, ha resumido Tusk en una comparecencia sin preguntas al término de la primera jornada del Consejo europeo que se celebra en Bruselas.

Con el objetivo de superar los escollos que aún dividen a los Estados miembros, Tusk y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, mantendrán reuniones bilaterales con algunos de los mandatarios con más peso en estas negociaciones.

El primer ministro británico, David Cameron, ha sido el primero en verse en formato reducido con Juncker y Tusk, pasadas las 03:00 horas de este viernes. Le seguirán otros como el presidente de Francia, François Hollande; el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka; y el primer ministro belga, Charles Michel, según la agenda expuesta por Tusk a los medios.

«Que tengan un buen desayuno», ha bromeado Juncker con los periodistas, antes de iniciar la ronda de contactos, en referencia a que las negociaciones se prolongarán hasta la mañana del viernes.

El objetivo de Tusk es que las conversaciones en curso permitan a los jefes negociadores de las capitales perfilar un último borrador de acuerdo a tiempo para ser reexaminado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE a partir de las 11:00 horas.

No todos los líderes permanecen en el Consejo europeo, ya que sólo se han quedado quienes tienen previsto participar en las reuniones bilaterales.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho a su salida de la reunión que en su opinión las conversaciones van «bien» y ha confiado en que sea posible un acuerdo este mismo viernes.

Menos optimistas se han mostrado otros socios de la UE como el primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien ha dicho que se han conseguido «tímidos avances» en cuestiones de inmigración discutidas por los 28, pero «pasos atrás» en lo que a la cuestión británica se refiere.

«Sigo confiando, pero soy algo menos optimista que cuando llegué», ha revelado a la prensa, al abandonar la sede del Consejo. El irlandés Enda Kenny, por su parte, ha advertido de que llevará más tiempo de lo esperado lograr un acuerdo.

«El objetivo es lograrlo (el acuerdo) lo antes posible, pero como dice Cameron, no es la velocidad lo más importante, sino tener un buen acuerdo», ha declarado el sueco Stefan Löfven.

«La buena noticia es que no han surgido nuevas diferencias, la mala noticia es que se mantienen sobre la mesa los mismos problemas», han resumido fuentes europeas, al término de la primera sesión de trabajo que los líderes han dedicado a la discusión sobre Reino Unido.

Después, los líderes han dedicado la cena a revisar la respuesta europea a la crisis migratoria y han dejado para la madrugada la negociación en detalle de la cuestión británica, con el objetivo de sellar un acuerdo cuando retomen la sesión los líderes europeos en la mañana del viernes.

Los problemas siguen siendo los cinco obstáculos identificados en los contactos previos a nivel técnico, incluido el periodo durante el cual Reino Unido podrá mantener activado el «freno de emergencia» con el que limitar el acceso de los inmigrantes europeos a parte de las ayudas sociales.

En cualquier caso, sí parece claro que cada europeo que llegue al mercado laboral británico a partir de ese momento, verá mermados los complementos salariales durante sus primeros cuatro años de trabajo.

Londres aspira a poder utilizar el mecanismo durante siete años a partir de su activación, prorrogables en dos etapas hasta los 13 años; pero es un calendario «inaceptable» para los países del Este, principales exportadores de mano de obra comunitaria al mercado británico.

Otra de las cuestiones que enfrenta a los países del 'Grupo de Visegrado' (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) con Londres es la retroactividad de la indexación de los complementos salariales por hijo, cuando el hijo no reside en Reino Unido, para ajustarlos al precio de la vida del país de origen.

También queda por resolver cómo incorporar las disposiciones del acuerdo en reformas futuras de los Tratados, aclarar el significado legal del principio de «una unión aún más estrecha» y el número mínimo de Estados miembros que no integran el euro que serían necesarios para paralizar una legislación por la que se sientan amenazados.

Reino Unido sostiene que debería ser un único Estado el que pudiera activar la salvaguarda, pero otros países defienden que sean al menos dos.

Han sido unas dos horas de debate «difícil, pero constructivo», en el que todos los Estados miembros han tomado la palabra para marcar sus posiciones y «reconfirmar» cuáles son los elementos que les separan, ha explicado un alto funcionario. También han expresado su voluntad de que Reino Unido «siga siendo parte» de la Unión Europea.

Pese a las diferencias que marcan los países, varias fuentes próximas a la negociación coinciden en considerar que hay parte de «escenificación» y que el las divergencias están lejos de ser insalvables. «Cada uno tendrá su drama, y después tendremos un acuerdo», ha ironizado la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, a su llegada a la cumbre.

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