El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha quedado en libertad tras prestar declaración dentro de la operación 'Lava Jato', en la que se investiga una trama de corrupción y blanqueo de capitales que tiene por epicentro la firma estatal Petrobras.
La Policía Federal acudió a primera hora de la mañana a la residencia de Lula en Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo, para cumplir con una orden de traslado coercitivo sobre el exmandatario. Los agentes le llevaron al aeropuerto de Congonhas, elegido por motivos de seguridad.
Después de tres horas de interrogatorio en dependencias policiales, el expresidente ha quedado en libertad, según fuentes de la Policía citadas por los medios de comunicación locales. El juez Sergio Moro ha roto los secretos bancario y fiscal relativos al exdirigente.
Las movilizaciones se han sucedido en Sao Paulo a lo largo de toda la mañana, especialmente en el aeropuerto y ante la residencia del antiguo mandatario. Las fuerzas de seguridad han llegado a intervenir en este último punto, donde se han registrado enfrentamientos entre partidarios y detractores de Lula da Silva.
Las escenas de apoyo se han repetido también en las inmediaciones de las oficinas del Partido de los Trabajadores en Sao Paulo, adonde ha acudido el expresidente tras el interrogatorio para participar en una reunión. «Lula, guerrero del pueblo brasileño», han proclamado algunos seguidores.
Amplia investigación
La investigación se enmarca en la nueva fase de la 'Operación Lava Jato' -la 24-, dentro de la cual se han emitido un total de 44 órdenes judiciales, 33 de ellas de búsqueda y captura y otras once de traslado coercitivo.
Según 'Folha', además de Lula, entre los objetivos de la nueva operación están su mujer, Marisa, sus hijos Marcos Cláudio, Fábio Luis y Sandro Luis, y su nuera Marlene Araújo. También figuran el empresario Fernando Bittar y el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamotto. En cuanto a las empresas afectadas figuran OAS y Gamecorp, propiedad de Fabio Luis.
La Fiscalía ha explicado en un comunicado que existen «pruebas» -documentales y testimoniales- de que Lula da Silva fue «uno de los principales beneficiarios de la trama» y ha puesto como ejemplo la reforma de una vivienda de lujo en Guaruja (estado de Sao Paulo), de una finca en Atibai y de pagos realizados por empresas ya investigadas bajo «supuestas donaciones y conferencias».
En el caso del tríplex de Guaruja, Lula se benefició de «al menos 1 millón de reales (247.000 euros)» entregados por la constructora OAS «sin aparente justificación». Esta empresa también aparece relacionada con el pago de 1,3 millones de reales (320.000 euros) a una empresa contratada para almacenar las pertenencias acumuladas durante el mandato presidencial.
El fiscal Carlos Lima ha explicado en rueda de prensa que un 60 por ciento de las donaciones recibidas por el Instituto Lula proceden de las cinco mayores empresas investigadas en la operación y que el 57 por ciento de los pagos relacionados con conferencias corresponden a estas mismas compañías, informa el periódico 'Folha'.
Personas ''ilustres'' y ''poderosas''
La Fiscalía ha matizado que la investigación en marchas no supone «un juicio de valor» sobre la figura del expresidente o sobre su «importancia histórica». En este sentido, ha recordado que «hasta las personas ilustres y poderosas deben ser objeto de revisión judicial cuando hay una sospecha razonable de actividad criminal».
El Ministerio Público ha apuntado que, «posiblemente», la «influencia» de Lula sirviese «antes y después de su mandato» para que el esquema de corrupción «existiese y se perpetuase».
Sin embargo, un portavoz del Ministerio Público ha aclarado en rueda de prensa que por el momento «no existe ninguna investigación contra personas con foro privilegiado», lo que supone a su vez confirmare que «la presidenta Dilma no está siendo investigada en la Operación Lava Jato».