El presidente cubano, Raúl Castro, ha recibido a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en uno de los episodios centrales de la histórica visita oficial del mandatario norteamericano a la isla caribeña tras más de medio siglo de enfrentamiento.
Obama llegó el domingo a La Habana y aprovechó para dar un paseo por La Habana Vieja y visitar la Catedral de La Habana. Hoy ha comenzado la jornada con un monumento al histórico dirigente cubano José Martí y con una visita al Palacio de la Revolución, donde tiene previsto una reunión con Raúl Castro. Tras el encuentro se espera que haya declaraciones a la prensa.
En su visita a la plaza de la Revolución, Obama ha participado en un acto de ofrenda floral a Martí tras escuchar los himnos de ambos países. En el acto han participado altos cargos como el secretario de Estado, John Kerry; o el vicepresidente del Consejo de Estado cubano, Salvador Valdés Mesa.
Esta tarde, Obama tiene programada su participación en el Foro Empresarial Cuba-Estados Unidos, en el que hay representantes de emprendedores locales, empresas productivas estatales y cooperativas para explorar distintas vías para fortalecer las relaciones económicas entre Cuba y Estados Unidos.
«Los cambios en Cuba van a llegar»
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está convencido de que en Cuba se van a producir cambios y de que el régimen castrista lo entiende, aunque le gustaría controlar los tiempos en los que se vayan dando.
Así lo ha dicho al periodista David Muir en una entrevista grabada este domingo en La Habana y emitida este lunes por la cadena ABC News, en la que también ha adelantado que Google expandirá el acceso a Internet en Cuba con más conexiones de wifi y banda ancha, un acceso necesraio «para que Cuba entre en el siglo veintiuno económicamente», dijo.
Obama, quien reconoció el «extraordinario incremento de los niveles de alfabetización en la isla» y el «sólido sistema de sanidad» cubano opinó sin embargo que «la gente aquí está hambrienta de información».
«Ya hemos suavizado administrativamente algunos aspectos del embargo para que puedan empezar a venir (a la isla) no solo los servicios financieros y de turismo, sino también las compañías informáticas», dijo Obama, quien considera que un mayor acceso a Internet proporciona al pueblo cubano «más información y le permite tener más voz».
«Los cambios van a ocurrir y creo que Raúl Castro lo entiende. Les gustaría controlar la velocidad de cómo ocurre, pero lo que voy a repetir en todos mis mítines aquí es que es mejor ponerse al frente de los cambios que dejar que los cambios te pasen», señaló Obama a ABC News.
Obama, que considera que «es el momento adecuado», dijo en la entrevista, recogida por OTR/Press, que la intención de Estados Unidos ha sido siempre la de «echar el balón a rodar», dar un impulso inicial, sabiendo que el cambio no iba a suceder de la noche a la mañana.
El mandatario estadounidense sí considera que ahora pueden ampliar la capacidad para impulsar más el cambio antes de que dentro de diez meses deje la Presidencia de los Estados Unidos.
El viaje de Obama a Cuba, adonde llegó el domingo, se produce 15 meses después de que se anunciara el restablecimiento de las relaciones entre ambos países. En este último año, funcionarios de las dos naciones han trabajado para conseguir acuerdos como los que permitirán los vuelos directos entre los dos países.
«Todavía tenemos mucho trabajo por hacer», reconoció Obama, quien precisó que es muy importante para los Estados Unidos «no vernos como los agentes del cambio» en Cuba sino como una herramienta para alentar y facilitar que sean los propios cubanos quienes los consigan. «Queremos asegurarnos de que cualquier cambio que se produzca empondere» a los habitantes de la isla, destacó.
Obama tendrá la oportunidad de dirigirse al pueblo cubano en un discurso que pronuniciará el martes en el Gran Teatro Alicia Alonso y que será transmitido por la televisión cubana.
Según ha adelantado el presidente, en esa intervención defenderá que los valores en los que cree EEUU «son universales», y que todas las personas aspiran a la libertad de expresión y reunión, a poder practicar su fe «sin coacción del gobierno» y que «la prueba de los modelos económicos puede verse alrededor del mundo».
Señaló al respecto que mantendrá un tono «coherente con el que he mantenido durante este proceso, lo que significa que respetamos el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación. Esencialmente, no corresponde a Estados Unidos determinar la forma de gobierno de Cuba ni tampoco su economía», indicó el gobernante.