El Gobierno de Ecuador ha elevado a 480 las personas fallecidas y a 231 las desaparecidas por el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el pasado sábado el país sudamericano y que ha dejado miles de damnificados en todo el país.
El ministro de Defensa ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha comparecido este martes junto a otras autoridades para hacer balance de la situación y ha confirmado que ya son 480 las personas halladas sin vida tras el seísmo. Además, 4.027 personas han sido atendidas con heridas de diversa consideración, mientras que se desconoce el paradero de 231.
«Es la peor tragedia que hemos asumido en 60 años», ha admitido Patiño, que ha agradecido las muestras de solidaridad de la comunidad internacional. En este sentido, ha explicado que en las tareas de búsqueda participan 400 efectivos procedentes de un total de ocho países, según ha informado el Gobierno en redes sociales.
Las autoridades se afanan también en reabrir las carreteras que han quedado colapsadas por el seísmo y en restablecer las comunicaciones telefónicas o la electricidad. El suministro eléctrico está ya restablecido en la «mayoría» de las zonas afectadas, pero Patiño ha admitido que en otras los cables siguen cortados.
El ministro ha instado a las tiendas de alimentación y a los bancos a recuperar progresivamente su actividad, con el objetivo de avanzar hacia una normalidad que, en vista de los datos, aún parece lejana. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha estimado en unos 3.000 millones de dólares las pérdidas ocasionadas, si bien Patiño ha apuntado que es el dinero que hará falta sólo para reconstruir la región de Manabí.