El Partido Republicano dio esta semana sus primeros pasos para recobrar la unidad y cerrar el cisma abierto por la virtual candidatura presidencial de Donald Trump, una figura polémica que divide a sus dirigentes pero en cuyo favor ha comenzado a romper lanzas el presidente del partido, Reince Priebus.
Como muestra de ello están las declaraciones que ha realizado este domingo realizó en varias entrevistas televisivas, en las que Priebus ha alegado que muchas de las polémicas que se le han atribuido al magnate, como las recientes acusaciones de haber tratado con desdén a mujeres en privado, «a la gente no le importan».
«Lo que yo diría es que hemos estado trabajando en esta primaria durante más de un año y (…) creo que todas estas historias que salen, y salen cada dos semanas, a la gente simplemente no le importan», dijo preguntado sobre el presunto comportamiento misógino del multimillonario.
En la misma línea, el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC, en inglés) ha sido preguntado por el rechazo de Trump a hacer pública su declaración de impuestos, algo muy común entre los candidatos presidenciales en Estados Unidos.
«La gente no se fija en si Donald Trump publica o no sus impuestos o en lo que hizo hace 30 años. La gente mira a Donald Trump y dice: '¿Esta persona va a causar un terremoto en Washington y hacer que suceda algo?'. Eso es todo», alegó Priebus. «Esa es la forma en que está siendo juzgado por el pueblo estadounidense, (…) y el clásico manual de instrucciones electoral no sirve con él», ha añadido el político.
Candidato virtual
Priebus fue el primero en reconocer que Trump es el virtual candidato presidencial republicano a los comicios de noviembre entre sus correligionarios cuando la semana pasada venció en las primarias de Indiana, provocando la salida de sus dos últimos rivales en la contienda, el senador por Texas Ted Cruz, y el gobernador de Ohio, John Kasich.
Desde entonces, el presidente del RNC ha ido llamando a la unidad de los miembros del partido alrededor de la figura de Trump y al objetivo común de los conservadores de derrotar en las urnas a la favorita entre los demócratas, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
En su línea de defensa de hoy hacia el magnate, Priebus insistió también en que esas acusaciones vertidas contra Trump solo las conoce por la prensa, en un intento de lanzar una sombra de duda sobre la polémica.
Rechazo dentro del partido
Pese a sus intentos de que los republicanos acepten y apoyen al multimillonario como su nominado presidencial, sigue habiendo un numeroso y poderoso grupo de miembros del partido que rechaza la candidatura de Trump, lo que ha derivado incluso en que se hable de la presentación de un tercer candidato en liza que surja de su seno.
Según el diario Washington Post, un grupo de republicanos frustrados con Trump, incluyendo el excandidato a la Presidencia en 2012, Mitt Romney, están trabajando activamente para reclutar a un aspirante para una candidatura presidencial independiente, entre los que el diario sugiere podrían encontrarse el senador por Nebraska Ben Sasse y el propio Kasich.
«Esa es una misión suicida, no está bien -opinó hoy Priebus al respecto-. Y creo que lo que la gente debe hacer es tomar el enfoque Paul Ryan, que es trabajar con Donald Trump y averiguar si hay o no un punto en común en lugar de hacer estallar todo».
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha accedido esta semana a reunirse con el magnate para intentar acercar posturas, después de que días antes asegurara que no está listo aún para darle su respaldo oficial.
No obstante, pese a la reunión, que tanto Trump como Ryan calificaron de positiva, el presidente de la Cámara Baja rehusó darle su apoyo al magnate, pero se mostró abierto a continuar trabajando con él para «defender los principios conservadores» y «derrotar a Hillary Clinton».
El Partido Republicano pasa por un momento complejo tras la virtual nominación del magnate inmobiliario, ya que muchos de sus miembros se niegan a aplaudir su candidatura después de protagonizar una campaña en las primarias rociada de comentarios sexistas, xenófobos y ultranacionalistas.
EFE