martes, septiembre 24, 2024
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Los inmigrantes británicos afincados en España opinan sobre el ‘Brexit’

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El 23 de junio se decide el futuro de Reino Unido en la Unión Europea y todas las miradas del Viejo Continente estarán puestas sobre las Islas Británicas durante el recuento de votos que puede cambiar el devenir de todos los europeos. Aunque a buen seguro que los que seguirán la votación del ‘Brexit’ más atentos que nadie serán aquellos ciudadanos británicos que se encuentran fuera de su país natal. Estrella Digital ha querido testar la opinión de estas personas, que podrían ser las más afectadas en una hipotética victoria del “sí’

El menos preocupado de los encuestados es Matthew Kennington, un escritor afincado en Galapagar que se dedica a dar clases de inglés a españoles y que colabora con este diario. Kennington, de 38 años y nacido en Beverley, cree que aunque la votación diera como resultado un sí a la escisión, la relación entre ambos países no tendría por qué cambiar: “Sería estúpido pensar que España pudiera boicotear a Reino Unido teniendo en cuenta la cantidad de turismo británico que desembarca cada año en las costas de la Península, así como en Canarias y las Islas Baleares”. Además, tampoco teme por su situación personal. “Hay muchos acuerdos que protegen nuestro bienestar en Salud, Educación…”, defiende.

Contrario a esta visión optimista del ‘Brexit’ es Martin Roberts, un conocido periodista de la BBC que lleva más de 30 años fuera de su tierra natal y más de ocho en España. Para Roberts, la salida de la Unión Europea pondría “en entredicho” las condiciones de los británicos que están fuera de Reino Unido: “Seguir aquí podría complicarse mucho por temas como el de la salud en el cual hay acuerdos bilaterales o multilaterales gracias a la Unión Europea”. Además, en un tono irónico juega con la posibilidad de que al final España decida deportarles: “Espero que no nos expulsen a todos en masa”, comenta. El periodista también se muestra muy agradecido por todo lo que le ha brindado ser ciudadano europeo: “Yo resido aquí, trabajo aquí y soy propietario aquí, todo gracias a ser ciudadano de la Unión Europea”.

Por su parte, Mark Allen, un joven de 28 años nacido en Manchester y que en la actualidad desarrolla funciones de consultor en Barcelona, se muestra en la misma línea que su compatriota Roberts. “Si gana el ‘sí’, tendría que solicitar un visado mucho más difícil de conseguir en España», afirma preocupado. Por suerte para él, su situación sentimental podría favorecer su estancia en su país de adopción: “Mi mujer es vasca y sería fácil conseguir un visado en comparación con otros británicos”. Además, afirma que de no ser porque el Reino Unido es miembro de la Unión Europea, “no habría conocido a mi esposa”.

Indecisión

Aunque la preocupación que muestran en mayor o menor medida podría ser susceptible de pensar que los tres están en contra de una posible salida de la Unión Europea, la realidad es bien distinta y sólo Kennington tiene clara su postura y no duda en expresarla: “Yo votaría por quedarnos en la Unión Europea”. Por su parte, Roberts, aunque se muestra más cercano a la permanencia, prefiere “no mojarse” debido a lo complejo del asunto y a los sentimientos personales que conlleva la decisión.

Allen tampoco lo tiene muy claro y dice sentirse indeciso: “Veo tanta corrupción en Bruselas y los problemas en Grecia, España y Portugal, causados por la sumisión de sus economías a las necesidades de la política alemana que estoy inseguro sobre mi postura respecto al tema en cuestión”. Eso sí, el consultor afincado en Barcelona aclara que “sí” es partidario de la inmigración y de las fronteras abiertas.

Derecho a votar

La indecisión de los tres se ha podido comprobar en sus acciones respecto al ‘Brexit’. En un principio, un británico que viva fuera de Reino Unido sólo podrá votar en los referéndums si lleva fuera de su país un máximo de 15 años, pero Roberts reconoce que el Gobierno “no es del todo riguroso” a la hora de comprobar cuántos años lleva alejado de su tierra natal. “Es fácil realizar esta votación. Sólo hay que firmar una declaración, no tienes que aportar pruebas”, afirma el reputado periodista, que a pesar de estas condiciones favorables dice que no ejercerá su derecho al voto “por honestidad con uno mismo”.

Por su parte, Allen admite que sí podría haber emitido su voto hace dos semanas, pero que al final no lo hizo. “Hay mucho papeleo que realizar y no tuve tiempo suficiente ni voluntad para sufrirlo”, afirma el consultor natural de Manchester.

Por último, tanto Allen, Kennington como Roberts creen que al final la gente votará que ‘no’ a la salida de Reino Unido de la Unión Europea. “Al llegar a la urna, muchas personas cambiarán su mente por la incertidumbre de un ‘sí”, afirma Allen. El sentimiento es compartido por Kennigton, que se atreve incluso a aventurarse con un porcentaje: “Será un 55%-45%”.

Carlos Lospitao

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