Un atentado suicida contra una manifestación pacífica en Kabul, la capital de Afganistán, ha dejado este sábado al menos 83 muertos y 231 heridos, según los últimos datos ofrecidos por una fuente oficial afgana.
El Estado Islámico ha reivindicado la autoría del ataque a través de la agencia Amaq vinculada al grupo yihadista y ha asegurado que dos de sus combatientes los que «detonaron cinturones con explosivos en una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul». Se trata del atentado más sangriento perpetrado por la organización terrorista en Afganistán.
La mayoría de las víctimas mortales son civiles, aunque también hay miembros de las fuerzas de seguridad y defensa entre los muertos según ha confirmado en un comunicado el presidente afgano, Ashraf Gani. «Los terroristas entraron entre los manifestantes y llevaron a acabo las explosiones«, ha señalado el mandatario afgano.
El ataque se produjo hacia las 14.30 hora local (10.00 GMT) durante una marcha de miles de afganos, la mayoría hazaras, que protestaban contra un proyecto eléctrico del Gobierno y discurría pacíficamente entre fuertes medidas de seguridad.
En los últimos años, la minoría hazara de Afganistán -país predominante suní en el que los chiíes representan el 9% de la población- ha sido objeto de diversos secuestros en grupo y asesinatos sectarios por parte de los talibanes y otros grupos insurgentes como el Estado Islámico en los últimos dos años.
Redacción