El cuerpo de un refugiado sirio homosexual, Muhammed Wisan Sankari, ha sido hallado decapitado y mutilado de forma atroz este pasado 25 en la ciudad de Estambul, según ha denunciado la ONG turca kaos GL, que trabaja en el país por la defensa de los derechos de la comunidad gay.
El joven, que ya había sido víctima en otras ocasiones de constantes amenazas, palizas y violación por parte de grupos homófobos, salió de su casa en el barrio de Aksaray el pasado 23 y ya no volvió, según cuenta su amigo Gorkem, quien le avisó de que no saliera de casa.
Ese mismo amigo sería quien recibiera, unos días después de la desaparición, una llamada de la policía para identificar el cadáver. El chico no daba crédito al estado del cuerpo de su amigo.
«Habían herido a Wisam violentamente. Tanto, que dos cuchillos se habían roto dentro de su cuerpo. Lo habían decapitado. Su cuerpo de cintura para arriba estaba irreconocible, los órganos internos fuera. Pudimos identificar a nuestro amigo por sus pantalones«, relata Gorkem.
Rayan, un compañero de piso, informó a la propia ONG que Wisan se sentía amenazado, vivía en un estado continuo de miedo que ni siquiera le permitía alejarse de su barrio y que ya había pensado en solicitar asilo a otro país. En su día, acudieron a la Policía para denunciar el caso pero los agentes nunca hicieron nada.
A diferencia de otros países musulmanes, la ley turca no atenta contra la homosexualidad. No obstante, la homofobia está latente en la sociedad, según denuncian varias ONG. Muestra de ello, el pasado mes de junio las autoridades prohibieron, por segundo año consecutivo, el festejo del día del Orgullo gay bajo el pretexto de preservar “la seguridad de nuestros ciudadanos y el orden público”.
Beatriz Jiménez