Verónica Paranello asesinó a su hijo Loris Stival, de ocho años de edad, después de que éste la descubriera acostándose con su abuelo paterno, Andra Stival. El suceso tuvo lugar en noviembre de 2014 en Ragusa, al sur de Italia. Dos años después, ha sido condenada a 30 años de cárcel.
En un primer momento, Paranello dio la versión de que su hijo había sido secuestrado en el colegio. Dijo a los agentes policiales que ella se encargó de llevar al pequeño a la escuela y cuando fue a recogerlo este no apareció. Los encargados de la investigación recurrieron a las grabaciones de las cámaras del colegio para comprobar la historia que la madre contó y descubrieron que era mentira.
La mujer, que finalmente confesó el homicidio, incriminó a su suegro. Dijo en una audiencia que organizó el asesinato de su hijo junto a Stival, después de que el pequeño les ‘pillara’ manteniendo relaciones sexuales. El abuelo del niño negó en todo momento la acusación, mantuvo que el no tuvo nada que ver en la muerte de Loris. El hombre está siendo investigado como cómplice del asesinato.
Paranello ha sido condenada esta semana a 30 años de prisión, el juez la acusa de matar a su hijo con “premeditación y crueldad” y esconder su cuerpo. La mujer estranguló al pequeño con unos cables eléctricos y luego arrojó su cuerpo por un barranco.
Beatriz Jiménez