La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha vuelto a denunciar el “genocidio” y los “crímenes de guerra” llevados a cabo por ISIS en Irak, y más concretamente en su principal bastión en el norte del país, Mosul. El Estado Islámico, tal y como asegura la portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, ha desplegado a los “niños del califato” por el casco viejo de Mosul cargados con cinturones de explosivos. El objetivo: atemorizar a los civiles.
La portavoz de la ONU alerta de que el grupo terrorista islamista podría utilizar armas químicas para atacar a la población, ya que el Ejercito iraquí ha encontrado grandes reservas de sulfuro. Además hay varios informes que garantizan la utilización de este tipo de armas: “Hay informes creíbles que señalan que hay fosos con sulfuro en Mosul cerca de zonas con civiles”, explica Shamdasani.
La localidad de Hammam al Alil es uno de los lugares de ejecución utilizados por el Estado Islámico. Allí se ha encontrado una fosa común con más de 100 cuerpos. Esta información ha sido aportada por un hombre que se hizo el muerto durante una ejecución masiva de 50 militares, cuenta el organismo internacional: “Hay claramente otros campos de la muerte. Además tenemos informes de otras fosas comunes que todavía no hemos podido verificar”, pero Shamdasani a adelantado que podría estar en el aeropuerto de Mosul y en la localidad de Tal al Thahab.
La ONU ha explicado que toda esta información le llega de personas que viven en zonas controladas por los terroristas. Las mismas personas que arriesgan la vida para que la organización, tal y como explica su portavoz, consiga “mucha información”. Un trabajo que puede ser bastante peligroso.
El grupo terrorista mató el martes a 40 civiles por «traición y colaboración» con las fuerzas iraquíes que intentan recuperar la ciudad y colgó sus cuerpos en postes de electricidad. Además Shamdasani, com observadora, ha accedido a varios vídeos de propaganda de ISIS, dónde se puede ver a cuatro niños asesinando a varias personas a sangre fría.
Jesús Torrado