El hasta ahora primer ministro de Italia, Matteo Renzi, ha dimitido de su cargo. Lo ha hecho tras reconocer que el 'No' ha ganado de manera «increíblemente clara» al imponerse en casi todas las regiones. En total, solo en un par ellas ha vencido el ´Si' en las casi 20 en las que se votaba.
La incertidumbre del escenario ya se siente en los mercados europeos con el euro depreciándose a un ritmo del 1%. No es el único efecto colateral, el “no” supondrá un ataque de los mercados financieros sobre la deuda soberana italiana, aunque Mario Draguí tiene preparado un buen helicóptero para llenar las bancos italianos de liquidez. Pero no evitará una debilidad italiana en el contexto europeo y un fortalecimiento del Movimiento 5 estrellas, el partido anti-sistema de Beppe Grillo, que amenaza con un referéndum anti Unión Europea.
La campaña del «no» ha reunido desde el excomunista Massimo D'Alema a Silvio Berlusconi, la izquierda radical, la CGIL – el mayor sindicato del país, el movimiento 5 estrellas o la xenófoba Liga Norte. Una amalgama muy compleja que tiene un notable triunfador político: El Movimiento 5 estrellas.
La formación del excómico Beppe Grillo sigue siendo, con casi el 30% en las encuestas, el segundo partido más grande detrás del Partído Demócrata. El excómico ha llamado a «no votar con la cabeza: la mente es estúpida… confíe en sus instintos y no confíen en su cerebro”.
Salvo que Renzi renuncie a cumplir su compromiso, y acepte las presiones que llegan de todas partes, la última desde el editorial de The Financial Times, Grillo se apresta a capitalizar el descontento que las urnas han expresado.
Lo que se decidía
Formalmente, la ciudadanía italiana estaba llamada a votar una modificación de 47 artículos de la Constitución, encaminada, fundamentalmente, a agilizar el proceso legislativo y fomentar la estabilidad del gobierno. En el centro del proyecto se encontraba la limitación de los poderes del Senado: el proyecto suponía el final del bicameralismo perfecto; es decir, los poderes completamente equivalentes entre la Cámara de Diputados y el Senado. Esta especificidad italiana fue adoptada al final de la Segunda Guerra Mundial para evitar, al final del fascismo, el retorno de un «poder fuerte». La reforma debe ir acompañada de una ley electoral que permita a la lista más votada de obtener el 55% de los asientos en el Parlamento
Pero el referéndum ha ido mucho más allá de la cuestión institucional. Sobre todo porque hace unos meses, cuando el «sí» iba por delante en las encuestas, Matteo Renzi proclamó: «Si el no triunfa , renuncio y me retiro de la vida política» El referéndum se transformó en un plebiscito y abrió la puerta a una nueva crisis política y gubernamental.
Desde su llegada al Palacio Chigi en febrero de 2014, Matteo Renzi ha impulsado reformas en el mercado de trabajo, la educación, la administración o la justicia civil, que ha concitado innumerables críticas y el resentimiento de las poblaciones afectadas .
También, ha distribuido 80 euros para los italianos pobres y una subvención de 500 euros para el gasto cultural de todos los jóvenes que celebran su décimo octavo cumpleaños o , el presupuesto consolidado para la cultura o las uniones civiles para parejas homosexuales introducidas.
Pero Italia no ha superado la crisis y la erosión del poder se hace sentir. El crecimiento económico sigue siendo uno de los más bajos de la Unión Europea y la tasa de desempleo fue del 11,6%, aunque la de los jóvenes supera el 36%.
M.B | P.R