Alepo ha caído. El sonido de la devastación ha cedido al silencio de las armas tras más de cuatro años de combates en una de las batallas más sangrientas de la guerra civil que se libra en Siria. Las fuerzas del régimen de Bachar al Assad han tomado el principal bastión rebelde desde 2012 y han logrado recuperar la zona este de la ciudad tras una brutal ofensiva de las fuerzas leales al régimen. El alto el fuego anunciado este martes deja una ciudad en ruinsas y miles de víctimas mortales, y abre ahora un futuro incierto para los insurgentes y los civiles, que esperan abandonar la ciudad en las próximas horas tras el aplazamiento de su evacuación.
«Según los datos más recientes que tenemos, las hostilidades en el este de Alepo han acabado. El Gobierno sirio ha recuperado el control de la parte oriental», ha confirmado el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin. El acuerdo del cese de las hostilidades ha sido posible gracias a Turquía y Rusia e incluye la salida de Alepo de los civiles que siguen atrapados en la parte rebelde de la ciudad.
Sin embargo, las tareas de evacuación han sido aplazadas a pesar de que éstas estaban previstas para la madrugada de este miércoles. «Por el momento no ha salido ningún civil o combatiente de los barrios del sur de Alepo», ha informado el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos. en un comunicado publicado en su página de Facebook. Está previsto que todos los evacuados sean enviados a la provincia de Idlib, al noroeste del país, la cual se encuentra en gran parte controlada por una alianza de grupos opositores.
Decenas de autobuses aguardan ya en la principal carretera para iniciar en las próximas horas la evacuación. El retraso en la evacuación obedece a que el Gobierno sirio está solicitando que también se realice la evacuación de sus propios heridos civiles y militares que se encuentran en las ciudades cercanas de Fu'a y Kfraya. Las fuerzas insurgentes también ha acusado a las milicias chiíes aliadas al Ejército sirio de obstaculizar la evacuación, según ha informado a la agencia Reuters.
Tras la campaña militar del Gobierno, permanecen en Alepo unos 50.000 civiles de los 275.000 iniciales, según ha informado el enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura. También hay todavía 1.500 combatientes rebeldes en la ciudad, de los cuales un 30% pertenecen al Frente Fatá al Sham, antiguo Frente al Nusra. Moscú denuncia que no hay «oposición» ni «organizaciones humanitarias» tras la caída de Alepo.
La caída de Alepo es un golpe letal para los rebeldes, pero para nada es definitiva. Es una victoria propagandística para Al Assad tras cuatro meses de ofensiva en la ciudad. Tras hacerse con el control de Alepo, el régimen sirio controla ahora todos los centros de mayor población del país. «Esta victoria allana el camino para retomar las negociaciones de paz en Siria, aunque aún queda“un largo camino por recorrer”, ha declarado el embajador ruso en la ONU.
La toma de Alepo también supone una victoria para Rusia, Irán, el grupo libanés Hezbollah y las milicias chiítas iraquíes, todos ellos aliados de Damasco. No obstante, la paz se antoja aún lejana, ya que los rebeldes mantienen el control de áreas extensas del país, además de la presencia de los terroristas del Estado Islámico en muchas zonas.
S. Jiménez