Si el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista Chino, dedica un editorial al mundo del futbol es evidente que la cosa no es estrictamente deportiva. Incluso, las redacciones de los medios europeos deberían preocuparse
Y si quienes administran los negocios – agentes en un mercado poco transparente- están constituyendo una red de intereses que van desde Pekin a Valencia, pasando por los precios de los productos de comunicación, deberíamos preocuparnos del mismo modo que los analistas del Comité Central de los Comunistas chinos.
Política y economía China
Los medios estatales advirtieron el viernes que se ha desarrollado una «burbuja» en el fútbol chino. Los gastos superaron los 1.000 millones de dólares este año y abundan los rumores de firmas de gasto aún mayores.
Oscar del Chelsea y el delantero argentino Carlos Tevez eran hasta ese momento los últimos jugadores vinculados con la Super League china. El último en llegar es Witsel, desde el Zenit. Record tras record que Alberto Puente y Felipe Poza han contado en Estrella Digital. Unos tras otros, los recursos humanos potenciales del futuro de los grandes equipos europeos miran a China.
El influyente Diario del Pueblo instó a los clubes a controlar su impetuoso gasto. El portavoz de la política oficial afirma que no hay «razón para restringir el capital» en la Super Liga, pero los clubes “deben prestar atención en la disciplina en el gasto, por el bien de su propia salud a largo plazo”
El periódico comunista informa de un gasto de 8 mil millones de yuanes (1,15 mil millones de dólares) en 2016, una cantidad que «excedió con mucho el valor económico que se trajo a la liga». El crecimiento explosivo de las inversiones en el fútbol es una «burbuja», dado el crecimiento más lento de las ventas de entradas, licencias y derechos. La fuente oficial anunció que «regularía y restringiría las firmas contractuales de alto precio, y sugirió restricciones razonables en los altos ingresos de los jugadores. “Tenemos que tomar la construcción de clubes de cien años como la meta».
La cuestión clave es que no debe entenderse el fútbol en China sin contemplar al país en su conjunto. Lo que sucede en la economía y política china tiene un gran efecto en el fútbol. Los grandes equipos son financiados por grandes compañías que invierten dinero en el juego por favor y compromiso político.
La ambición del gobierno chino de convertirse en una superpotencia futbolística es otra de las razones por las que los clubes están tan interesados en derrochar dinero. Las empresas que son dueñas de los 16 clubes de la Super Liga china ven la inversión como una forma de ganar el favor del gobierno. La oportunidad de establecer conexiones lucrativas con el gobierno, junto con el limitado mercado chino de transferencias, explica por qué los clubes están dispuestos a buscar superestrellas extranjeras, dando lugar a la celebración del materialismo y la extravagancia.
Unas superestrellas que ya son jóvenes. Es decir, no van a concluir su carrera. Esto también puede explicarse en términos económicos: es una inversión de capital a futuro, colocada, en el extranjero: una sutil forma de evasión de capitales.
La aparente llamada al orden del Diario del Pueblo es poco probable que signifique un alejamiento de ese plan, si bien refleja un creciente reconocimiento de que los clubes chinos han estado pagando extraordinariamente a jugadores debido a la excesiva confianza del mercado en un pequeño número de poderosos agentes
Riesgo de los agentes en los mercados chinos y europeos
Agentes que se ocupan no solo de asuntos deportivos sino de gestión de toda naturaleza. Debe recordarse que el mes pasado, Suning Holdings obtuvo los derechos de transmisión de China para la popular Premier League inglesa por un 650 millones de dólares en tres años, en lo que sería un aumento de 12 veces del acuerdo actual. Suning es también un accionista mayoritario en el Inter de Milán, uno de una serie de clubes europeos que han sido capturados o atraídos por empresas chinas.
En julio de 2011, Guangzhou Evergrande, ahora propiedad del segundo mayor grupo inmobiliario de China y del Grupo Alibaba, inició la carrera de records que fue intermediado por un desconocido Joseph Lee, de la agencia Kirin Sports.
Fracasado como jugador profesional, estableció un mecanismos para que jugadores chinos fueran entrenados en Brasil y para que jugadores brasileños jugaran en China. Entre 1998 y 2005 Kirin Soccer organizó el traslado de más de 200 jugadores brasileños a China. La estrecha relación de Lee con el agente brasileño Eduardo Uram, Mendes y Russo han multiplicado el valor del mercado chino. Y ellos poseen las razones por las que los clubes chinos están rompiendo los récords de transferencias
Mendes se ha convertido en un actor clave en el emergente mercado chino y comparte estrategia con Foyo Culture and Entertainment, filial del mayor conglomerado chino de inversiones Fosun International. Poseído por el magnate Guo Guangchang, en noviembre Fosun compró casi el 17% del banco más grande de Portugal, Millennium BCP, y también tiene intereses en otras compañías portuguesas importantes.
El último enero, GestiFute – Mendes- y Foyo anunciaron el fortalecimiento de su «asociación estratégica» en una ceremonia en Shanghai. A partir de entonces, Mendes y los otros agentes citados están estableciendo un sistema de poder económico en el Lejano Oriente. Como se sabe, también fue un actor clave en la compra de Valencia por Peter Lim, otro hombre de negocios asiático que se ha arraigado en el fútbol europeo, y también sabemos que está trabajando estrechamente con China a través de Fosun.
La falta de transparencia, la existencia de fondos con orientación política, la incorporación al futbol de la evasión de capitales, a través de los futbolistas como mercancía, constituyen amenazas para la estabilidad de una estructura deportiva bastante trufada de debilidades financieras.
Domingo Labrador