Más de un centenar de muertos, ciudades incomunicadas, apagones eléctricos, avalanchas, ciudades cubiertas de nieve, carreteras cortadas, ríos congelados… Europa ha comenzado el año congelada y, precisamente estas temperaturas han reflejado que Europa no está preparada para este frío polar que se ha asentado a lo largo del mes de enero en todo el continente.
Todo el territorio que abarca desde la costa española hasta los bosques de Siberia se han cubierto de un gran manto blanco que ha traído consigo temperaturas bajo cero que en muchos lugares no se veía desde hacía más de 30 años. A pesar de que las temperaturas comienzan a mejorar, los estragos que ha traído consigo este frío han sido más que palpables.
El principal problema de estas temperaturas polares han sido las muertes de las más de 80 personas que han muerto. Polonia ha sido uno de los países donde esta climatología ha costado la vida de más de una treintena de personas. Sin embargo, el resto de los países no se quedan rezagados mientras que los distintos servicios sanitarios se han volcado en la gran mayoría de los países europeos para atender a los pacientes que llegaban con claros síntomas de hipotermia.
En Hungría se han llegado a registrar temperaturas de hasta 28 grados bajo cero y la nieve y el frío han producido cortes eléctricos llegando, en muchas ocasiones, a dejar a familias casi un día sin calefacción. Aunque Hungría no ha sido el único país que ha vivido sin electricidad ya que países como Rusia, Polonia o Turquía han pasado por la misma situación. De hecho, en Estambul se llegaron a suspender vuelos y a cerrar el carreteas y ríos mientras que en Serbia han tenido que cancelar el comercio marítimo por la congelación de las aguas del Danubio.
Sin embargo, las principales víctimas de este frío son las miles de personas que se encuentran sin hogar como los más de 2.000 emigrantes y refugiados que se encuentran en Grecia o en los Balcanes. ACNUR alertó hace unas semanas que en estas zonas han llegado a morir personas por congelación. En Grecia, las gruesas capas de nieve han puesto en riesgo las tiendas de campaña construidas por tela. Además, la mayoría de ellos no contaban de medios para calentarse por lo que levantarse cada día bajo 15 grados bajo cero se ha llegado a convertir en una ardua tarea. En la capital de Serbia, los más de 2.000 refugiados han tenido que ser repartidos por los edificios abandonados de la ciudad para así tener mínimamente un techo bajo el que refugiarse.
Ante esta situación, las distintas ONG como UNICEF o Cruz Roja han proporcionado comida caliente y refugio a lo más desprotegidos. Por su parte, Médicos Sin Fronteras ha denunciado en varias ocasiones las “pésimas condiciones” en las que se encuentran estas personas. “Nadie debería ser obligado a ducharse en la nieve a temperaturas bajo cero”, escribe la ONG en su cuenta de Twitter.
Por otro lado, en Italia, a la gran cantidad de nieve acumulada se le añadieron los seísmos que lleva sufriendo el país en los últimos meses. Esto provocó que en la región de Los Abruzos, en el centro del país trasalpino, cayera una avalancha de nieve sobre el hotel Rigopiano que se encontraba en la zona dejando sepultadas a 40 personas. Tras una dura semana de rescate –las condiciones meteorológicas y la gran cantidad de nieve acumulada no facilitaron las labores-, los equipos de salvamento han encontrado los cuerpos sin vida de 29 personas que murieron por asfixia, aplastamiento e hipotermia.
España tampoco se ha librado del temporal y es que la nieve ha llegado a nuestro país a zonas que llevaban décadas sin ver un copo de nieve. Este es el caso de la costa sur andaluza o la valenciana e incluso en la ciudad de Ceuta donde han llegado a amanecer con una estampa invernal típica de postal.
A pesar de esto, el caos en algunas zonas españolas se ha generalizado, sobre todo en los medios de transporte. El caso más significativo se produjo en la A-3, la autovía que une Valencia con Madrid donde más de un centenar de conductores se vieron obligados a pasar la noche dentro del vehículo. Sin embargo, esta no ha sido la única carretera que se ha visto afectada ya que en más de una ocasión diversas autovías y accesos a ciudades se han visto en la obligación de cerrar la entrada de coches en sus accesos por la nieve acumulada.
Por su parte, el AVE también ha tenido complicaciones ya que el pasado jueves 19, cinco trenes que circulaban por la línea Madrid – Levante tuvo que detenerse a la altura de Albacete debido a la intensa nevada que cayó en la zona. Además, las condiciones meteorológicas provocaron la falta de suministro en el las inmediaciones de RENFE lo que impedía la circulación de los trenes.
Andrea Morea