A los 39 años, Emmanuel Macron se convierte en el octavo presidente electo de la Quinta República. Muy por delante de Le Pen, con el 63% del electorado, sucederá a François Hollande. La victoria es muy amplia y marcan una fuerte convergencia en los valores republicanos y europeístas, y ha sacado la campaña del tradicional eje derecha e izquierda.
Voy a defender a Francia, defenderé a Europa
Esta ha sido la primera declaración de Macron tras conocerse los resultados. “A pesar de las dificultades económicas, sociales y debilitamiento moral, esta noche, me comprometo a dar nueva savia al valor humanista que nació en Francia”. Ha declarado respetar el voto extremo, y reconocido «su responsabilidad de organizar la solidaridad, la desigualdad, y la discriminación“.
La abstención, 25,6%, record desde 1969, no ha perjudicado a Macron. Eso si, la segunda vuelta ha estado marcada por esa cifra de abstención en relación con el año 2002, cuando la presencia del Frente Nacional movilizó la participación electoral no lo ha hecho en esta ocasión.
El populismo de izquierda argumenta la fragilidad de Macron
Son probablemente los sectores más populistas o de izquierda, a los que aspiraba a representar la Francia Insumisa de Melenchon, quienes han podido negar su apoyo a la decisión de la mayoría del electorado. Hasta un 11% de voto blanco o nulo se han estimado por las encuestas.
Sus portavoces se han hecho eco inmediatamente de la supuesta fragilidad de Macron ya, que según ellos, la holgada mayoría no le corresponde al candidato de En Marche sino a la democracia. Inmediatamente han hecho suyo el elevado número de voto blanco y abstencionista, reclamando ese peso para animar a los populistas de cara a las elecciones legislativas.
La extrema derecha apunta a las legislativas
Repite Le Pen que el Frente Nacional es el primer partido de Francia. Obviamente, es falso. Sin embargo es cierto que ni ella ni su partido han sido demonizados hoy. El tabú de no votar a la ultraderecha ha desaparecido. La agresividad de los últimos días de campaña ha demostrado que no se trataba de un simple opción entre candidaturas
Jean-Marie Le Pen ha esperado a la segunda vuelta y las presidenciales para celebrar un Congreso de su formación que le permita competir en la derecha, en las próximas legislativas.
El reto de las legislativas para los partidos tradicionales
En Junio deberá renovarse por completo la Asamblea Nacional. Como lograr una mayoría de 289 escaños, con un partido (En Marche) que no existe y con un porcentaje de voto obtenido en la primera vuelta del 20%. Puede haber cohabitación, pero ni es el deseo de Macron ni parecería fácil con una mayoría de Le Pen.
Los dos movimientos políticos que han participado en la segunda vuelta no tienen o tienen muy poca representación parlamentaria en la Asamblea saliente: nadie ha sido elegido bajo la etiqueta de En Marche y el Frente Nacional tiene sólo dos diputados. El desafío es particularmente decisivo para las legislativas y el resultado difíciles de predecir en 2017.
Depende de la capacidad de la derecha y de los socialistas de recuperación o renovación, tras la larga campaña de las elecciones presidenciales.
La Segunda vuelta
Más de 47 millones de franceses han sido llamados a las urnas para participar en unas elecciones que se han desarrollado prácticamente con total normalidad. Aun así, un pequeño altercado en la explanada del Museo Louvre, donde Macron celebrará su victoria, ha obligado a que las fuerzas de seguridad desalojaran la zona por una falsa alarma. El incidente se solucionó una hora después.
Andrea Morea / Domingo Labrador