El estudio ha sido realizado por los investigadores de Oceans North Canadá, la Universidad de Matnioba y el gobierno federal, y sugiere que las belugas de la bahía Hudson se pueden encontrar en peligro debido al calentamiento de las aguas a causa del cambio climático.
Todo comenzó tras la observación por parte de los investigadores de un ataque depredador de las orcas a las belugas cerca del río Seal, durante el año 2012. Este hecho ocasionó que estos mamíferos fueran dispersándose hacía la costa de la bahía de Hudson para escapar rápidamente de sus depredadores y alejándose de su hábitat habitual.
Uno de los principales datos que sugiere el estudio es que esta dispersión podría afectar al desarrollo y a la tasa de supervivencia de dichos mamíferos, debido al gasto energético de la migración y al peligrar el éxito en el cuidado de sus crías, ya que la zona de escape se sitúa lejos de su zona de parición tradicional.
No obstante, este no es el único hecho que preocupa a los investigadores, ya que debido al calentamiento de las aguas de la bahía, el deshielo en la zona podría alargarse incitando a una mayor presencia y apareamiento de orcas, principales depredadores de las belugas.
Uno de los principales investigadores del fenómeno, Kristin Westdal, ha declarado que por el momento estos ataques no son demasiado importantes y que no están generando un fuerte impacto en el ecosistema, pero sin embargo, si la época de deshielo sigue aumentando y la presencia de orcas creciendo, la supervivencia de las belugas corre un grave peligro en la bahía canadiense.
Los avances, aunque por el momento no resulten muy significativos, ponen en evidencia la enorme necesidad de protección medioambiental tanto acuática como terrestre que engloba el área canadiense.
Las belugas han sido hasta ahora para el Gobierno un motivo de gran preocupación para evitar la extinción de estos cetáceos. Empezando por una prohibición en las descargas de desechos industriales de los buques que actualmente cubren el ártico, y pasando por la reducción del ruido y otros impacto del tráfico marítimo.
Las belugas, también llamadas ballenas blancas, miden alrededor de 4 y 6 metros y suelen habitar en las regiones árticas y subárticas. Se consolidan como unos animales bastante sociables y comunicadores entre ellos, los cuales viven en grupos de alrededor de 25 miembros. Por el momento, los únicos depredadores de estos mamíferos son las orcas y los osos.
Este suceso pone en evidencia que los singulares cetáceos no son los únicos animales que se encuentran en una situación delicada debido al impacto del cambio climático. Actualmente, son muchas las especies que se encuentran amenazadas por este choque medioambiental que poco a poco va consumiendo sus propios ecosistemas y sometiéndolos a un proceso rápido y de difícil adaptación. Así mismo, son también numerosos los animales que ya se encuentran extintos si bien, por este proceso medioambiental o por la gran amenaza que supone en muchos sentidos, el ser humano para ellos.
Isabel Jaén Sánchez