El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha elegido como primer ministro a Edouard Philippe, un conservador del partido Los Republicanos. Es la primera vez que un presidente de Francia coloca como jefe del Gobierno a un político que no forma parte de su partido sin que haya existido presión electoral.
Esta decisión ha sido interpretada como una forma de situar su Presidencia en un punto intermedio para conseguir el apoyo parlamentario de los conservadores en el que poder sustentar su mandato, dada la gran incógnita sobre que pasará con su formación en las elecciones parlamentarias. Está previsto que el nuevo primer ministro tome posesión próximamente y se espera que anuncie su gobierno el martes.
Macron ha desvelado su jefe de Gobierno después de tomar posesión de su cargo este domingo, tal y como avisó, y tras varios días de quinielas y de nerviosismo en los partidos, que desconocían hacia qué posición se inclinaría el nuevo jefe de Estado. El propio Manuel Valls, ex primer ministro de François Hollande, dejó de lado el Partido Socialista francés, en una fórmula para postularse para el cargo.
Al igual que Macron, Philippe comenzó su carrera política en el Partido Socialista y contó con el apoyo del ex primer ministro Michel Rocard y el ex presidente François Mitterrand, pero presentó su renuncia para unirse al ala moderada de la derecha francesa. En 2002, formó parte del equipo que arrancó Unión por un Movimiento Popular (UMP) junto con Alain Juppé, primer ministro de Nicolas Sarkozy.
El posicionamiento moderado de este político de 46 años, que nunca se ha posicionado a la derecha ni en contra de la izquierda, le ha valido su nombramiento por Macron, a quien conocía de una cena.
PPC