A pesar del recurso presentado por la oposición contra la ley que permite el aborto en los tres supuestos (peligro para la vida de la madre, inviabilidad del feto o violación) y que fue aprobada este mes de agosto por el congreso chileno, las ciudadanas chilenas podrán ejercer su derecho tras un fallo que ha provocado una gran polémica.
La decisión del Tribunal Constitucional de Chile marca un hito histórico al permitir que este país deje de formar parte de los países que todavía penalizan el aborto en cualquiera de sus casos, como El Salvador, Haití, Malta y Honduras.
Con esta nueva ley, el segundo Gobierno de Michelle Bachelet celebra su cercanía a la democracia. «Hoy han ganado las mujeres, ha ganado la democracia, ha ganado Chile», señaló Bachelet, desde el Palacio de La Moneda.
El acuerdo, adoptado tras el voto positivo de seis ministros contra cuatro de los diez que forman el Tribunal, cambia una ley que penalizaba el aborto desde 1989, cuando la dictadura de Pinochet aprobó la prohibición de abortar.
Desde que comenzó democracia chilena hace 28 años, muchos grupos y asociaciones pedían este cambio para evitar una doble moral en el país y que se produjesen de manera clandestina y bajo condiciones de inseguridad los cerca de 70.000 abortos que cada año se realizan en Chile. Sin embargo el poder de la Iglesia católica y de grupos conservadores impedían que esta medida fuese llevada a cabo.
El proyecto de ley está listo para ser promulgado por la presidenta y terminar así con una realidad que ponía en riesgo la vida de miles de mujeres cada año.
Marta de la Fuente