Durante los últimos años, los tejones se han convertido en una auténtica amenaza para los ganaderos de Reino Unido. Esta especie, considerada salvaje y a su vez protegida, es portadora de tuberculosis bovina y aunque su difusión no afecte a la especie humana, si que causa graves daños económicos a los ganaderos. Muchos de sus animales se han visto dañados al ser contagiadas por esta enfermedad. El gobierno británico ha intentado en repetidas ocasiones poner fin a este problema y ha generado varios programas de exterminio de tejones que han dejado a su paso una elevada destrucción de dicha especie. En el otoño del 2017, se han hallado alrededor de 20.000 tejones muertos, casi el doble que el año pasado, en el que en un periodo comprendido entre agosto y octubre del 2016, fueron asesinados 10.886 tejones.
A pesar de que en sus inicios las zonas de sacrificio no eran amplias, con el tiempo y a la vista de la gravedad de la situación se abarcaron más territorios para estos fines. El propósito llevado a cabo por parte del poder político ha provocado que se incrementaran las zonas de sacrificio y se han agregado 11 territorios a una franja del oeste del país que se ha convertido en la más afectada por esta enfermedad. Este plan de actuación hará que la situación sea controlada y que no se propague por destinos y ganados más amplios.
Aunque para los ganaderos la erradicación de esta especie resulte beneficiosa, la muerte de dichos animales genera constantes críticas ya que la forma de provocar su muerte es considerada «inhumana». Muchos de los tejones muertos fueron atrapados antes de ser fusilados, pero la mayor parte de ellos –11.638 tejones- fueron asesinados mediante disparos. Ante esta situación, muchas son las personas que han salido en la defensa de estos animales, entre ellas los miembros de la Asociación Veterinaria Británica. Los tejones constituyen una de las especies más protegidas a lo largo de la historia por lo que su sacrificio genera una gran pérdida.
Tras los datos alcanzados, son muchos los que se han manifestado, algunos de los defensores de la vida animal han mostrado su desacuerdo como es el caso de Dominic Dyer, director ejecutivo de Badger Trus, -empresa que trabaja por el bienestar de los tejones y por la protección de su hábitat- y que ha apuntado que «El sacrificio de tejones es el peor ejemplo de incompetencia, negligencia y engaño en el corazón del gobierno. Gastar más de 50 millones en dinero público matando a decenas de miles de tejones sin ninguna evidencia confiable de que esto reducirá las tasas de tuberculosis en el ganado es una desgracia nacional».
El Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) por el contrario, ha afirmado que el programa ha sido todo un éxito ya que además «se redujeron drásticamente el número objetivo de tejones que se sacrificarán en 10 de las 11 nuevas zonas».
Ana Paredes