sábado, septiembre 28, 2024
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Dos niñas de 11 y 12 años: «No fuimos cortadas por cinco minutos»

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Más de tres millones de niñas se encuentran cada año en situación de riesgo de ser sometidas a la Mutilación Genital Femenina (MGF). Con motivo del día internacional por la lucha contra esta práctica, UNICEF y otras ONG han lanzado un llamamiento con la intención de concienciar a la ciudadanía y a sus gobiernos para erradicarlo de las sociedades actuales. «No quiero ser cortada» es la frase que cinco niñas han repetido en varias ocasiones en un vídeo difundido por la asociación 'Wanawake Mujer' que recoge los testimonios de varias víctimas. 

La MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas y «refleja una desigualdad entre los sexos», según explica 'Wanawake Mujer' en un comunicado. Esta práctica se realiza casi siempre en menores y viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte. En este sentido, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta H. Fore, calificó ayer lunes la MGF como «una violación de los derechos humanos que refleja y perpetúa el bajo estatus de niñas y mujeres en demasiados lugares». 

Esta práctica se realiza cada vez de forma más temprana y sus víctimas son mayoritariamente niñas que rondan los 15 años y que la sufren en algún momento de sus vidas entre la infancia y la adolescencia. 44 millones de niñas mutiladas genitalmente son menores de 14 años. De hecho, existen muchos países en los que la mayoría de las niñas la sufrieron antes de llegar a los cinco años. En la mayor parte de los casos, la MGF es realizada por circuncisiores tradicionales que suelen tener otras funciones importantes en sus comunidades, tales como la asistencia al parto. En muchos lugares, los proveedores de asistencia sanitaria practican la mutilación genital femenina. Ante esta situación, la OMS exhorta vivamente a los profesionales de la salud a abstenerse de efectuar tales intervenciones.

Por esta razón, y con motivo de la celebración del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, las organizaciones han dicho basta y han pedido erradicar la MGF de raíz. Muchas niñas han querido expresar su derecho a «no ser cortada» entre las que se encuentran Agnes y Massy Letura, dos hermanas que fueron rescatadas con 11 y 12 años pocos minutos antes de ser mutiladas. «Yo iba a ser la primera en ser cortada porque era la mayor y unos minutos antes de que ocurriera apareció el jefe del distrito para rescatarme. No fuimos cortadas por cinco minutos», explica Massy Letura, natural de Kenia, en el vídeo difundido por 'Wanawake Mujer'. Como ellas, Susa Carbolo, Blessy Naili y Charity Elena fueron rescatadas de un entorno familiar cuyo final consistía en la mutilación femenina y el matrimonio concertado. 

Como consecuencia de la existencia aún de la Mutilación Genital Femenina, desde UNICEF reclaman la voluntad política, el compromiso de las comunidades e inversiones específicas que ayudan a la erradicación de estas prácticas. Gracias a estos esfuerzos, la prevalencia de la MGF ha descendido en prácticamente un 20% desde el año 2000 y más de 25 millones de personas de 15 países han rechazado públicamente este tipo de prácticas. Sin embargo, a pesar del gran progreso, en muchos países resulta ineficaz ya que en los países más pobres del mundo, la mutilación genital femenina persiste y «amenaza con revertir lo alcanzado», añade Natalia Kanem, directora ejecutiva de UNFPA, en un comunicado conjunto con la directora ejecutiva de UNICEF. 

Henrietta H. Fore se muestra confiada e insiste en saber cómo se ha podido frenar radicalmente esta práctica. «Hemos visto que las tasas de mutilación genital femenina pueden caer rápidamente en lugares donde el asunto se aborda de manera incondicional por parte de los gobiernos, las comunidades y las familias. Donde se hace frente a las normas, pueblo por pueblo. Donde los profesionales médicos se unen para oponerse a la práctica y para negarse a hacerla. Donde las leyes se promulgan para convertirla en un crimen, y donde esas leyes se hacen cumplir. Donde el mayor acceso a salud, educación y servicios legales garantiza un cambio sostenible. Donde las niñas y las mujeres son protegidas y empoderadas para que sus voces sean escuchadas», explica Fore.

Dado el creciente número de niñas en riesgo, esta es una carrera contra las tendencias. Con la celebración mañana martes del Día Internacional de Tolerancia contra la MGF, las ONG y distintas asociaciones consideran «que es el momento de eliminar la mutilación genital femenina de la faz de la tierra para siempre. Es tarea de todos nosotros, por nuestro futuro común”. 

Andrea Morea

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