Stephen Hawking, el científico que explicó el Cosmos desde una silla de ruedas, ha fallecido esta madrugada en su casa de Cambridge a la edad de 76 años debido a la grave enfermedad que padecía desde los 21 años: esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según ha confirmado un portavoz de la familia este martes a primera hora de la mañana.
“Estamos profundamente entristecidos de que nuestro amado padre haya fallecido hoy”, dicen sus tres hijos, Lucy, Robert y Tim Hawking, en un comunicado común publicado a primera hora de la mañana del miércoles. “Era un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado sobrevivirá por muchos años. Su coraje y persistencia, con su brillo y humor, inspiraron a personas por todo el mundo. En una ocasión dijo: ‘El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas’. Le echaremos de menos para siempre”.
Desde su nacimiento, todo apuntaba a que su destino estaba ya decidido. Solo 300 años han separado al astrofísico británico del italiano Galileo Galilei y por lo que se puede saber de ambos, si ningún año se hubiera puesto de por medio entre los dos, el mundo de la astrofísica hubiera sido totalmente distinto al actual. Hawking no sobresalió nunca en el colegio, si no todo lo contrario. Aprendió a leer a los ocho años, estuvo muy cerca de que le bajasen de nivel y los profesores se desesperaban con su comportamiento, notas y caligrafía. Sin embargo, sus compañeros le conocían más que los maestros y, en contra de las expectativas de los mismos, le apodaron «Einstein».
A pesar de todo, Hawking encontró a edad muy temprana su pasión: la física. Así pues, tras un gran esfuerzo por su parte, consiguió entrar en Oxford a los 17 años gracias a una beca. Indómito y rebelde se enfrentó a una gran parte de las teorías de los científicos más reconocidos por aquel entonces y poco a poco se hizo un hueco en el mundo de la astrofísica.
A partir de la publicación de ‘Historia del Tiempo’, su fama se extendió hacia el infinito. Sus trabajos sobre los agujeros negros y la relatividad le han hecho pasar a la hsitoria.
Pero no cabe duda de que su impresionante capacidad para sobreponerse a la terrorífica parálisis que le encadenó a una silla de ruedas desde los 22 años, y posteriormente le obligó a comunicarse a través de un ordenador, también tuvo mucho que ver con la admiración que despertó en todo el mundo. Por aquel entonces, los especialistas le ofrecían una esperanza de vida de dos años como mucho. Sobrevivió 54 años más.
Amigos, compañeros y profesores de la Universidad de Cambridge han querido rendirle homenaje este martes con un vídeo en el que se aprecia la trayectoria tanto personal como científica del astrofísico que cambió la historia del universo desde una silla de ruedas. «Ha sido un momento glorioso estar vivo e investigar sobre física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado mucho en los últimos 50 años, y estoy feliz de haber hecho una pequeña contribución», explica al final de vídeo el propio Stephen Hawking en unas imágenes de su 75º cumpleaños.
Andrea Morea