lunes, noviembre 25, 2024
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El mayor campo de refugiados del mundo, en peligro por las inundaciones

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Más de 800.000 personas viven como pueden en el campo de refugiados de Cox Bazar, en Bangladesh. Todos ellos se encuentran en un limbo en el que no saben cuándo podrán vivir en un suelo definitivo. Sin embargo, a pesar de la situación en la que se encuentran, ésta puede empeorar con el paso de los días: las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias en la zona podrían destrozar lo poco que les queda a los más de miles de refugiados que subsisten en este país. Ante esta situación, las ONG piden a los gobiernos y a Europa con emergencia ayuda.

«Tal como temíamos, estas primeras lluvias ya están causando estragos en los campamentos, provocando la inundación de zonas bajas y haciendo mucho más difícil el acceso. Es alarmante la rapidez con que la tierra se ha convertido en lodo y se han formado charcos del tamaño de piscinas infantiles», ha subrayado la responsable de comunicación de Save the Children en Cox’s Bazar, Daphnee Cook, en un comunicado. 

Por otro lado, UNICEF ha querido hacer un llamamiento a través de las redes sociales con el hashtag #LoPerderánTodo para concienciar a la sociedad del problema por el que están pasando estas personas. Ben Shteinlechner, el homólogo de Daphnee Cook de UNICEF, considera que la solución radica en que los habitantes del campo de refugiados pudieran «recuperar su condición de ciudadanos» ya que ningún país les reconoce por lo que no tienen a dónde ir. 

El miércoles temprano se produjeron algunas lluvias seguidas de un fuerte aguacero esta misma mañana. La lluvia llega durante lo que se conoce como la temporada premonzón, cuando las tormentas y lluvias fuertes son comunes, antes de que la temporada devastadora del monzón en Bangladesh comience a finales de mayo o principios de junio.
 
Cook ha señalado que las fuertes lluvias cayeron ayer jueves durante más de una hora y el pronóstico para los próximos días es de lluvias esporádicas. «Tal como temíamos, esta primera inundación ya está causando estragos en los campamentos, provocando la inundación de zonas bajas y haciendo mucho más difícil el acceso. Es alarmante la rapidez con que la tierra se ha convertido en lodo y se han formado charcos del tamaño de piscinas infantiles», afirma la responsable de comunicaicón. «Estas lluvias son un aviso de tiempos aún más difíciles para las familias rohingya que huyeron de la brutal violencia en Myanmar antes de llegar a Bangladesh. No solo enfrentan las duras condiciones en campamentos de refugiados superpoblados donde dependen de los repartos de alimentos para sobrevivir, sino que ahora tienen que preocuparse por peligrosas tormentas, fuertes lluvias y el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra, así como una mayor probabilidad de brotes de enfermedades», añade.

Este clima es especialmente preocupante para los niños, que corren el riesgo de separarse de sus familias y cuidadores, así como de desarrollar enfermedades de la piel debido al aumento de la humedad. También corren el riesgo de perder el acceso a servicios básicos como clínicas de salud, centros de nutrición y espacios seguros para la infancia, que les proporcionan una sensación de calma y felicidad en los campamentos.

Ante el peligro de esta situación y la previsión de la misma, tanto UNICEF como Save the Children así como diversas ONG han procedido a reforzar instalaciones como puestos de salud y espacios seguros para la infancia. De hecho, muchos de estos se han convertido en servicios móviles para poder llegar así a todos los que no pueden moverse debido al mal tiempo. 

Como consecuencia, desde Save the Children alerta que esto se ha producido tan solo en el primer día de lluvias y que la situación empeora aún más. «Si una gran tormenta golpea los campos, sería desastroso», reza en el comunicado.
 

Andrea Morea

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